Volver a empezar por Lela Bekauri

Nací y crecí en Georgia, un país muy antiguo en Cáucaso, donde en el siglo XII ya reinaba una Mujer (Reina Tamara, le llamaban  Rey por su inteligencia destacada durante su reinado). Viví una infancia en una época de muchos cambios en mi país, una montaña rusa desde las guerras civiles en los años 90 hasta la digitalización ejemplar de los servicios públicos a partir de 2003 (por ejemplo, dimensión de la digitalización permite la constitución o liquidación de las empresas en un par de horas, incluso de manera remota).

Si alguien me pregunta dónde y cuándo empieza el éxito, cuando se originan sus raíces, yo diría (coincidiría con los sabios) que en el momento de pensar, en particular, en aquella parte del pensamiento que llamamos “soñar”. De pequeña, soñaba en ser una abogada que llevaría los asuntos a nivel internacional, en aquel tiempo, me imaginaba que esto sería en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo.

 Desde pequeña, creía que no era suficiente solo estudiar en la escuela o luego en la facultad de Derecho, por lo tanto, siempre en paralelo tenía otros proyectos, las prácticas, trabajos o diferentes eventos que aceleraban mi crecimiento profesional. Luego más adelante, lo mismo decía a mis estudiantes, si querían triunfar, no era suficiente estudiar en la Universidad, esto se daba por descontado en su Currículum y no le impresionaría a nadie, tendrían que explicar qué más experiencias o proyectos tenían. 

 En 2010 llegue a España, tras trabajar en los Derechos Humanos en las organizaciones internacionales como International Rescue Committee (IRC), en los proyectos financiados por ACNUR (UNHCR), y después en ONU Mujeres Georgia (UN WOMEN) para facilitar la asistencia legal a las Mujeres refugiadas y estudiar los derechos humanos de los refugiados georgianos colaborando con el Ministerio de Refugiados de Georgia.

  Entonces, en 2010 volví a empezar desde el principio en Madrid, estudié de nuevo la carrera de Derecho pero esta vez en España, luego estudié el Master del Acceso a la Abogacía, y empecé a trabajar en el Departamento Legal de Atos, la empresa líder mundial en la transformación digital, dónde actualmente ejerzo como General Counsel de Atos para España&MEV. 

 Sí, claro que costaron los cambios, costó volver a estudiar como si no existiesen mis años previos de estudios y del trabajo, costó vencer a los estereotipos, pero creo profundamente que estos retos son los que hacen fuertes a los que se esfuerzan sin importar los obstáculos. 

 Tengo que destacar que también tuve suerte de coincidir con las personas generosas que me apoyaron mucho por lo que les estoy muy agradecida. Aunque yo tuviera suerte en Atos en este sentido, me gustaría hacer una reflexión sobre la poca flexibilidad empresarial que hay en general en España para acoger a las personas que tienen que volver a empezar después de un desempleo largo, un intento de cambio de profesión, una pausa larga de maternidad o paternidad, o por su vuelta a su país después de vivir en el extranjero.

 Empatizo completamente con las personas que se encuentran en una situación de cambio que requiere mucho esfuerzo, pero no solo les ayudará la empatía, les ayudará sobre todo saber que el esfuerzo tiene su recompensa. Incluso, los que han dejado de intentar a alcanzar sus sueños, animo a que vuelvan a retomarlo, y piensen mucho en ello, seguro que encontrarán la fuerza y el camino si de verdad lo desean.

 Y por último, dejadme hacer una última reflexión, sobre en qué consiste un éxito. Es importante no olvidarse que el éxito no es un único hito que alcanzar, es un proceso vivo de mejora continua y esfuerzo diario de exploración, planificación y ejecución. Es como si fuese cada día para volver a empezar…