Las Historias de la Comunidad de Mujeres Cualquiera: María
La Historia y Cicatrices de una Segoviana
¡Hola! Me llamo María y nací un frío otoño hace 40 primaveras.
Tuve una infancia feliz, vivía con mis padres y mi hermano mayor en Segovia. Era la niña de la casa con lo que me sobreprotegieron mucho. Recuerdo que tenía un cariño especial por mi abuelo Jesús (por mi abuela no, que me daba con la zapatilla); decían que le miraba de una forma distinta con respecto a los demás, teníamos mucha conexión. Lamentablemente, murió cuando yo tenía 3 años pero siempre le he tenido muy presente y le he sentido cerca.
Como he dicho, me crié en un ambiente muy confortable siendo el ojito derecho de mi padre, o eso decía yo, aleccionada en el oficio de las travesuras por mi hermano mayor Pipe; así que os podéis imaginar lo brutita que era, tanto, que cuando estaba en 5ª de EGB mi profesor favorito, Dionisio, llamó a mis padres y textualmente les dijo: -tenéis que sujetar a vuestra hija porque niño que hay llorando por el pasillo, es porque ha pasado vuestra hija por delante-.
Fui creciendo, ya un poco más calmadita, centrada en los estudios ( siempre tenía que dedicarle mucho tiempo ) y mi madre me preguntaba las lecciones. Lo cierto es que ella siempre ha ejercido una gran influencia sobre mí; en parte me alegro, porque me enseñó constancia y tesón; en parte no porque parecía que siempre buscaba su aprobación ; no daba un paso sin tener su beneplácito¸ incluso a día de hoy, no puedo evitar seguir sus directrices a pies juntillas. Mi madre era la que llevaba los papeles en casa , mi padre la dejaba hacer (era un poco, digamos, vago y por no contrariarla…) y mi hermano y yo, pues eso, niños haciendo fechorías (dedos rotos, cristales rajados, brechas…). Eso si, el día que mi padre tenía que pasar a la acción, era mejor poner pies en polvorosa porque no oías ni veías llegar el guantazo.
He crecido con la convicción de que tenías que estudiar, trabajar, enamorarte, casarte y tener hijos pero, ¿y después? Nadie te decía lo que había después ni nadie te decía no hay por qué seguir este orden. Con el tiempo, y después de dar a luz a mi primer hijo, le pregunté a mi madre que por qué no me había dicho nada de lo que suponía tener, criar, cuidar a un hijo y ella me dijo porque si no, no los hubieras tenido nunca.
El Amor siempre ha sido el centro de todo en mi vida (mi madre me decía que era muy enamoradiza); me definía a mi misma como una princesita Disney que creía en los príncipes azules (despierta, ni de coña existen) y que se emocionaba con el momento beso de las pelis. Lo cierto es que nunca he estado sola, he tenido muchas parejas a lo largo de mi vida (en la guardería me casé dos veces, ya apuntaba maneras); acababa una relación y empezaba otra. De aquí mi espinita clavada de sentir que no he disfrutado de reír, disfrutar, viajar….con mis amigas. Si, yo era de las que dejaba de lado a mis amigas para estar con mi pareja.
Mi adolescencia, a pesar de tener un buen ambiente familiar, no fue fácil; me empeñé en buscarme enfermedades ficticias que me mantenían en un permanente estado de angustia, nervios y tristeza. Cada día me levantaba con una enfermedad, si no era un bulto en el pecho, era apendicitis o un ataque al corazón…estaba tan obsesionada con la muerte que mentalmente, ya tenía mi ataúd preparado. Mis padres también lo pasaron fatal y acabé pasando por tres psicólogos. Con todo esto rondando por mi cabeza, aprobé Selectividad y como no tenía claro que quería estudiar ( algo rápido, fácil, ponerme a trabajar, ganar dinero y casarme) empecé la carrera de Educación Social en Madrid. Hice el primer año pero no me convenció y me cambié a Filología Hispánica dado que siempre había sentido pasión por la literatura y la lectura.
Durante el primer año de carrera, iba y venía de Segovia en autobús. Después me quedé a vivir allí en un piso con dos chicas con las que no cuajé bien y me fui a vivir temporalmente a casa del que entonces era mi pareja, Alberto. Le conocí estudiando la carrera y decir que durante esa etapa de conocimiento, inexperiencia e independencia (sales del nido y te vas a vivir a la gran ciudad) el fue mi pilar y mi apoyo. La vida universitaria empezó a deslumbrarme y le cogí el gustillo a eso de hacer pellas. La niña buena que llevaba sus estudios al día se perdió por los pasillos y la cafetería de la facultad. Aún así, estudiaba sobre la bocina y aprobaba. Entre algunas compañeras de clase, alquilamos un piso y nos fuimos a vivir juntas. La verdad que fue una buena etapa, nos llevábamos muy bien; de hecho a día de hoy, dos de ellas son mis mejores amigas.
Cuando estaba en el penúltimo año de la carrera, mi padre se puso enfermo de cáncer y murió. Tan sólo tenía 23 años, tan solo podía haberme durado unos años más, asistir a mi graduación, a mi boda, a los nacimientos de mis hijos…tan solo estar preparada para algo tan horrible, un maldito sueño del que te vas a despertar, que eso no te puede pasar a ti, que papá es un superhéroe al que no puede pasarle nada.
Acabé la carrera un año después de mi promoción y pasado un tiempo, conocí al que ahora es mi marido, Antonio. Bastó una mirada para enamorarme hasta las trancas de él. Alberto y yo rompimos, tengo que decir que no de la mejor manera, y no sólo fue una ruptura con él sino con todo lo que habíamos construido juntos incluso sus amigos que ya eran los míos. Empezamos a salir y al año ya estábamos viviendo juntos. Mientras tanto, hice el curso para poder dar clase (CAP) porque hubo un tiempo que quise ser profesora; y digo quise porque después de hacer las prácticas en un instituto y ver el percal que me iba a esperar (peleas en clase, competiciones por ver quién sacaba la peor nota, una total y absoluta falta de respeto hacia la profesora…) decidí tirarlo todo por la borda y di un giro radical en el plano laboral.
Yo tenía claro que quería un trabajo, casarme y tener hijos, esa era mi meta; realmente donde trabajara me daba un poco igual. Después de varios te despido, lo siento cierra la empresa y se te acaban los contratos, en Junio de 2011 empecé a trabajar en lo que es mi actual trabajo, CITS, con contrato indefinido. Bueno, eso de actual trabajo es un decir porque ahora mismo estoy en un ERTE al 50% gracias al maldito bicho de el que más adelante os hablaré.
Ciertamente no es el trabajo de mi vida pero me acomodé, y aquí estoy, en un ambiente raro, de preocupación por no saber si la empresa seguirá adelante; donde sólo estamos dos españoles y el resto son chinos. El día a día fácil no es, siempre digo que el choque Oriente – Occidente es brutal pero nos sabemos aguantar y formamos un buen equipo.
Pasado un año y después de una romántica pedida de mano en la Fontana de Trevi de Roma, el 18 de Agosto de 2012, Antonio y yo nos dimos el sí quiero en la iglesia de Sotosalbos en Segovia. Como ya dije, me enamoré de Antonio a primera vista; desde el momento en el que le conocí supe que su vida no había sido fácil y sus relaciones tampoco lo habían sido así que decidí ser permisiva (demasiado) y tener mucha paciencia con él. Yo le cuidaba (en exceso) y decidí vivir por y para él, dándole esa confianza que necesitaba. Sé que no fue la forma de actuar más acertada pero yo tenía mucho miedo a perderle y a quedarme sola. De cualquier manera, puedo decir que hemos sido muy felices, hemos entrado, salido, viajado, emborrachado, fumado, cantado….todos los -ados que te puedas imaginar.
Un año después de casarnos, sufrí un aborto que me sumió en una profunda tristeza; el no querer ni poder contárselo a nadie (no queríamos más sufrimientos en la familia), unido a las fuertes hemorragias que tenía debido a unas pastillas que me recetaron porque me negué a hacerme un legrado. Cuando este infierno terminó, me volví a quedar embarazada y lo que tenían que haber sido 9 meses de felicidad lo fueron pero de angustia y miedo (tengo que contaros que mi hermano también perdió a su hijo Gabriel: después de 9 meses de embarazo perfectos, un coágulo en el cordón umbilical acabó con la vida de mi sobrino).
El 3 de Noviembre de 2014 nació Eiden, un bebotillo precioso (claro, que va a decir su madre) con un montón de pelo. Tuvieron que hacerme una cesárea de urgencia porque tenía una vuelta de cordón. Os podéis imaginar que cúmulo de sensaciones: primera vez en un quirófano, incertidumbre, miedo, la soledad que sientes cuando te mandan a reanimación y no puedes ver a tu hijo, que todo el mundo el coge en brazos antes que tú…Dos años y medio después estaría en ese mismo hospital y en idéntica situación: mi preciosa Alana nacía un 24 de Abril de 2017 a través de una cesárea urgente.
A día de hoy me sigue costando un poco hablar de esto sin derramar alguna lagrimilla; todo lo que sientes en esos momentos pasa por varios estadios: felicidad, tristeza, desconocimiento, frío, miedo, responsabilidad, soledad, dolor, depresión postparto, llegar a una casa de la que te habías ido de una forma y volver con algo tan pequeñito entre tus brazos que tienes que proteger y sacar adelante y, algo que será otra de mis muchas espinitas clavadas, el no saber nunca lo que será tener un parto natural.
La llegada de los niños es un acontecimiento feliz para todos y las familias se vuelven locas. Creo que aquí hay un punto de inflexión o un antes y un después en lo que a nuestra relación marital se refiere. Ésta se resintió. No voy a entrar en detalles porque ya sabemos que en algo de dos, los dos tienen parte de razón y parte de culpa. Es cierto que yo con mis hijos me puse en modo gata celosa protectora, unido al mucho quehacer, la responsabilidad, los distintos puntos de vista, la carga mental, el cansancio, que unos toman el papel de encargarse de todo y otros de poco o bastante poco….El caso es que mamá reventó y pasamos una mala racha hace tres años y estuvimos a punto de divorciarnos. A esto le unimos la llegada en Marzo del 2020 del maldito bicho del que antes os hablaba: el COVID (que puso en jaque al mundo entero) que nos obligó a encerrarnos en casa durante dos meses. Recuerdo la sensación de sentirme encerrada, de estar aterrada porque estaba muriendo mucha gente; temía por mi madre, ella sola en Segovia, los niños….todos los días iguales similares al de la marmota de la peli Atrapado en el tiempo; inventando juegos, actividades y distracciones para entretener a los niños y a nosotros que estábamos en la cuerda floja.
Afortunadamente y muy despacio, hemos ido saliendo de este pantano cenagoso y, aunque con baches y alguna que otra piedra, parece que ya hay más luz que tinieblas al final del túnel (entiéndase que hago referencia al Covid y a mi relación).
Actualmente, llevo tres años en ERTE (disfrutando de los niños, de pasar tiempo con ellos, hay que sacar el lado positivo de estar en ERTE, no?) y mi vida gira en torno a la casa, los niños, las cacerolas…soy madre, trabajadora (al 50%), ama de casa, profesora…..me gusta encargarme de todo porque soy de las que piensan que todo sale mejor si lo haces tú mismo peeeero siento que vuelvo a estar en ese punto de agotamiento, amargada y cabreada todo el día porque trato de abarcar demasiado. Así que de vez en cuando, tengo que sentar a Antonio y decirle: -majo, no puedo más, o te subes al tren o me voy a la cuneta-. He decidido, por el bien de mi salud, sobre todo la mental, delegar más, no tratar de abarcar, restar importancia a las cosas y optar por el si no se puede hoy, ya se hará mañana.
Como MORALEJA, a tí, SuperMujer, decirte que vivas, sientas cada minuto, cada segundo a tope, que tengas millones de amigas y amigos con los que reír, llorar, viajar…que te puedes casar o no, que puedes tener hijos o no; que eso no sea una meta o el final de tus aspiraciones ; que brilles y que sigas persiguiendo tus sueños siempre, que no te quedes en un “es lo que hay” sino en un “voy a por todo”, que resurjas de tus cenizas como el Ave Fénix y que, por encima de todo, nunca te olvides de TI.
Elena Ramirez
Hola soy Elena, una Mujer Cualquiera 🙂
Mujer emprendedora y empresaria, madre de los dos amores de mi vida, deportista, amante de los animales y escritora y bloguera en mis tiempos libres. Dedicada al Mundo Digital en la última década, he fundado tres agencias de marketing online, la más reciente es www.bebluee.com
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Buenísima moraleja y gran historia!!!