Los Animales de Rocío: Capítulo VII
Morita, mi perra del alma
De momento dejamos a Nevado, mi caballo blanco, mi unicornio de la felicidad y ya unas redacciones más adelante ¡volveremos a traerle a mis letras semanales! En el tema de hoy de mis animales, volvemos a hablar de la mascota que desee tener desde pequeña y que vino cuando ya tenía mi casa, un cacho de patio con césped, mi vida más o menos hecha y las ganas de tener a un ser con el que disfrutar de mi tiempo, cuidarlo, quererlo y sanar mi ansiedad de tener un perro.
Así que ya teniendo claro la raza que me gustaba de perro, porque hay que tener clarísimo que una mascota es una responsabilidad y que los refugios, albergues y perreras están rebosando de almas inocentes a las que las trajeron al mundo de forma irresponsable y que sin ellos poder decidir se ven metidos en jaulas y abandonados a su suerte. Eso es en los mejores casos, porque por desgracia España es uno de los países que más abandono animal hay de Europa, con cifras demostradas y para mí es una vergüenza, es una seña de identidad de atraso y deshumanización. Un perro va a vivir y entregarse a ti en cuerpo, alma y mente todos los días de su vida y no merece que siendo un ser tan noble y puro se lleve la peor parte de haberte encaprichado y luego darte cuenta de que no querías tenerlo. ¡Son seres no cosas! Siente y padecen… No merecen acabar abandonados. Si no estás dispuesto a quitar sus cacas de las calles, atender sus necesidades, cuidarlo, llevarlo al veterinario y ser su referente para todo, mejor… ¡adopta un peluche o cómpratelo!
Dicho esto, hay que tener en cuenta que un perro puedo vivir de 8 a 18 años aproximadamente, para que te hagas la idea de que esos años tienes que estar a su lado y saber lo que necesita y dárselo. No vale el: -qué mono es un cachorro… Pero es que ya no es tan mono, ¡ya se ha hecho grande! Eres responsable de él toda su vida, dependiente totalmente de ti. Él no eligió vivir contigo, tú le diste un hogar y comida, y quisiste que viniera a tu casa, él no pudo opinar… a la mínima ¡no puedes dejarlo abandonado!
Es verdad que como ya dije en anteriores letras, yo tenía claro que había tenido perros mezcla y mestizo donde la parcela de mis abuelos y era consciente de los cuidados y atenciones que necesitan y durante toda su vida. Por lo tanto, cuando me enamoré de una raza en concreto y sabiendo que mi perro viviría conmigo muchos años, qué mínimo que escoger una raza compatible con mi carácter, mi casa, mis horarios para salir de paseo moderado, yo no podía tener un perro de alta intensidad porque no podría mantener su ritmo diario de paseos de muchos kms ni su capacidad física.
Así que me decidí por cogerme el perro ideal a mi estilo de vida, con paseos moderado y buen carácter. Inmediatamente me puse a ver qué criadores había de la raza y me presentaba en las exposiciones caninas para poder observar sus rasgos y decidirme hablando con criadores. Una vez me hice la idea de la raza que me gustaba ya fue enterarme de una camada que había nacido e ir a verlos…
¡Ya no pude dar marcha atrás! Reservé una perrita negra chulapona y altiva con sus hermanos, pero pizpereta y súper simpática. ¡Fue un flechazo! En unos días me llevaría a mi cachorrilla a casa, en unos días empezaría a disfrutar de mi Morita, mi perrita del alma.
Rocío de Lara
Soy Rocío, soy licenciada en filología, soy especialista en comunicación y lenguaje. Me encantan la literatura, la música y los animales. No concibo un mundo en el que seamos la única especie. Sin los animales no habría naturaleza ni felicidad. En “Los Animales de Rocío” vamos a tratar cualquier tema sobre la sensibilidad hacia los animales, curiosidades sobre ellos y demás datos. ¡Bienvenidos a un planeta multi-especie!
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