Si Tú te Atreves, Yo te Acompaño: Día 4
Todos los caminos llevan a la abuela materna
Extracto de una carta a mi abuela materna:
“Abuela: lamento no haber estado ahí, no haberme despedido, no haber compartido los últimos años. Recuerdo y agradezco los momentos especiales que compartimos como nieta y abuela, aunque no eras una abuela tradicional, ni siquiera te dije abuela nunca. (…) Lo hicimos bien, tu rebeldía te llevó a lugares que tus ancestros no habían visto, tuviste logros que nadie en tu linaje había tenido. Tus hijas sobrevivieron, y siguieron sumando al árbol en logros y bienestar.”
Durante mucho tiempo enfoqué mi proceso en psicoterapia en creer que todos mis problemas tenían su origen en mi relación con mi madre. Seguramente has notado que todas las teorías psicoterapéuticas, o al menos las más tradicionales, ponen el foco en la relación con nuestras madres, y al final parece que por más que nos esmeremos en nuestro rol, nunca va a ser suficiente como para pasar el curso con sobresaliente.
Era tanta mi obsesión, que llegué a pensar que seguramente había memorias traumáticas que recordaba, me sentía bloqueada en mi proceso, no veía avance y el malestar se iba haciendo cada vez más grande.
Y sí, llegué al recurso transgeneracional y todo se aclaró. Y el camino me llevó a mi abuela materna.
Todos los caminos llevan a Roma
Tu historia comienza en el útero de tu abuela materna, ¡sí, como lo lees! Cuando tu abuela esperaba a tu madre.
Tu madre se formó completa dentro del útero de tu abuela, incluyendo los ovocitos que durante la preadolescencia madurarían en óvulos. Las mujeres nacemos con reserva ovárica, es decir con toda la producción de óvulos completa.
Eventualmente, uno de estos óvulos lo invirtió tu madre en concebirte. Llevas pues, la información de tu abuela y de tu madre, sólo para empezar a contar. Más del 30% de la información biológica inconsciente, se transmite a través del óvulo de la abuela.
Te lo cuento en otras palabras
Cuando tu abuela estaba embarazada de tu madre, todo lo que experimentó antes, durante y al momento del parto, se lo transmitió a ella. Por lo tanto, el óvulo que luego ella invirtió en ti, también recibió esa información. Es decir, lo que vivió tu abuela esa etapa de su vida, sus emociones, experiencias, y cómo las experimentó, se lotransmitió a tu madre… y a ti.
Y sí, todos los caminos llevan a Roma. Pero en realidad, todos los caminos llevan a la abuela materna. Cómo fue su vida, cómo fueron sus relaciones, cómo lo vivió tu madre, y finalmente, cómo te lo transmitieron a ti, tiene todo que ver con cómo estás viviendo tu realidad.
Mi abuela se rebeló
No tengo muchos datos de la vida de mi abuela. Sé que su infancia fue complicada: hubo maltrato, de muchas formas se atentó a su integridad, hubo carencias. Sus padres no cuidaron amorosamente de ella, y eso impactó su desarrollo y su vida en general.
Trabajó hasta que ya no se lo permitieron, por ella, hubiera muerto en el trabajo. Tuvo cuatro hijas a las que no maternó, la verdad es que no tenía informado cómo ser una madre presente y amorosa. Pero las mantuvo vivas, las quiso como sabía querer y lo hizo lo mejor que pudo.
Salió de la pobreza económica e intelectual, ella me introdujo a la música clásica, a la ópera. Leía incansablemente y viajó, hubiese querido viajar más, pero para eso ya me heredó.
Y acá estoy yo. A través del estudio de mi árbol sé que conecto con mi abuela, y ahí viene todo lo bueno y lo no tanto. Y es que para mi madre, en su inconsciente, yo represento a mi abuela y el trato de madre-hija quedó comprometido.
El estudio de para mucho, es más complejo y arroja mucha información que permite sanar ambas relaciones.
Abuela querida…
Y acá estoy yo: he estado presente en la crianza de mis hijos, los he acompañado en todas sus etapas hasta hoy, materné como no lo había hecho nadie en la familia. He vivido en tres países, viajado y sigo estudiando. Tu interés por la psicología lo hice realidad en mis estudios. ¡Lo hicimos bien!
Si tu te atreves, te acompaño a conocer a tu abuela.
Soy Claudia Ruiz, nací y crecí en la Cd. de México. Emigré hace 18 años, viví 14 en Canadá y desde el 2019 vivo en Madrid. Soy mamá de Santiago y Jimena, dos jóvenes entre la adolescencia y la adultez temprana. Soy Psicóloga de la Ibero, es mi formación y mi vocación indudable y hoy soy Consultora en Psicogenealogía. Mi propio camino de sanación y autoconocimiento me llevó hasta este punto, y encontré que hay otra forma de gestionar nuestra experiencia de vida, alejada del victimismo y la resignación. Te acompaño en el proceso para encontrar los hilo-conductores que tienes con tus ancestros, a través del enfoque transgeneracional, un enfoque que te ayuda a ver tu historia desde otra perspectiva y saber que tu historia, es la historia de muchas, y que juntas podemos sanar las heridas desde el amor, la compasión y el respeto, honrando a aquellos que vinieron antes, y preparando mejor el camino para los que vienen detrás. Me puedes leer en “Si Tú te Atreves, Yo te Acompaño”
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