El pasado mes de diciembre, con motivo de la inauguración de mi última exposición en Madrid, aproveché la excusa para pegarme una escapada a la capital con mi hermana.
Hemos dejado atrás un duro año, que empezó muy mal y no mejoró y pensé que terminarlo con ella emborrachándonos de arte, podría ser una buena idea. La excusa, siempre seguir a mis MUJERES hayá donde ellas vayan. A París me fui con mi sobrina mayor, toda una experiencia para repetir, a Pamplona, Burdeos y Berlín, como acompañante, mi marido y a Madrid con mi hermana. El broche de oro a lo que podría llamar una gira pictórica en toda regla.
Nos fuimos con la misma ilusión de dos niñas pequeñas que van a vivir algo grande. Madrid, el de siempre, seguro que nos deparaba algo nuevo por descubrir. Una excusa, solo eso, para escapar, para salir de la rutina, para cambiar de aires, para volar, para respirar. Una excusa, solo eso, para hablar de las cosas que solo hablan las hermanas, para dejar atrás un año malo, muy malo, que debemos dejar ir.
Salimos el viernes del instituto a toda prisa para la estación de Córdoba y en nada estábamos en Atocha, solo bajar del tren, “Día y Noche”, las Cabezas de bebé del Maestro Antonio López. Rápido a dejar las maletas, comer y a nuestra primera parada, el Thyssen. Teníamos que ver la exposición MAESTRAS. Un recorrido maravilloso por las obras de muchas grandes mujeres artistas, pintoras y escultoras desconocidas para la inmensa mayoría de la sociedad. Una exposición exquisitamente expuesta con un recorrido didáctico y cronológico impecable. Fede Galizia, Clara Peeters, Mary Beale, Henriette Browne… más de ochenta artistas de las que apenas una decena aparecen rara vez en los libros de arte. Una curiosidad increíble, miraras hacia donde miraras solo había mujeres observando más mujeres. Una increíble explosión femenina digna de la mejor película de Almodóvar. Mujeres unidas contemplando las obras de otras Mujeres, que ni en sus mejores sueños pensaron en su tiempo, que eso algún día podría ocurrir. Pinturas y esculturas de calidad extraordinaria en su ejecución, con influencias de todos los movimientos artísticos desde Artemisia Gentileschi hasta Maruja Mallo, cuatro siglos de MAESTRAS escondidas, tapadas y ocultadas. Un recorrido contundente y completo que estoy segura será un punto de inflexión. Agradezco a la Fundación Thyssen esta labor y les felicito por esta maravillosa iniciativa que está dando la vuelta mundo. No es la primera exposición que se hace de este tipo y parece mentira que esto deba seguir ocurriendo. Como sabéis me dedico también a la docencia y veo como año tras año son más las alumnas que deciden estudiar Artes, en concreto este curso entre primero y segundo de bachillerato el porcentaje de alumnas triplica al de alumnos. Por lo que al final todo se pondrá en su sitio.
Salimos de la exposición y recorrimos el resto del museo, las salas de las vanguardias, repleto de MAESTROS, Van Eyck, Durero,Rembrandt, Monet, Degas, Van Gogh, Gauguin… y alguna que otra obra de Camille Claudel, Berthe Morisot o Mary Cassatt. Una colección interesantísima con obras desde el siglo XIII hasta nuestros días.
En este deambular por las salas y ese inicio de empacho artístico del que se disfruta tanto, mi hermana me comentó que sería maravilloso que no hubiera separación entre las colecciones. Y ¿por qué no? crear un totum revolutum, como decía mi padre, una orgia pictórica y escultórica y mezclar a las MAESTRAS con los MAESTROS. Queda ya muy lejos eso de separar a Mujeres y Hombres en las iglesias o sinagogas. Triste que en las mezquitas aún siga ocurriendo.
Sábado por la mañana al Prado. Empezamos con la exposición REVERSOS, curiosa por su originalidad y puesta en escena. Otra exposición muy interesante sobre judios y conversos y directas a la galería, increíble como siempre, el hipnótico Fra Angelico, el Bosco escondido tras la multitud, el eterno Velázquez y como colofón las pinturas negras de Goya, todo un acierto. ¿Y las MAESTRAS del Prado? vuelven a estar escondidas.
De allí a la cuesta Moyano, donde me esperaba un regalo. Un increíble ejemplar forrado en tela, de 1964, de la Editora Nacional de Madrid, cuya escritora, también olvidada, fue Carmen Gómez Pérez-Neu, artista gallega nacida en 1919, con un extensísimo currículum expositivo. Dedicó parte de su vida a hacer una labor de investigación increíble, hasta conseguir crear la Galería Universal de Pintoras, una recopilación de todas las artistas ocultadas por la historia desde Lala en el siglo Ia.C. hasta sus contemporáneas, teniendo además la elegancia de no incluirse a ella entre las más de ochocientas artistas que publica. Encontrar este fabuloso libro fue para mi tan increíble, que por un momento pensé que el universo me lo tenía reservado. GRACIAS. Lo que me faltaba para completar mi estudio sobre las mujeres artistas olvidadas e ignoradas.
Y llegó el gran momento, esa excusa perfecta para escaparme con mi hermana ese fin de semana. La inauguración de mi exposición Sororidad.Somos Una en la Galería Santana de la Castellana. Allí mis MUJERES eran las protagonistas, entrar a la galería y ver la exposición montada siempre es emocionante. En cada espacio cobran vida de una forma distinta, la luz, el espacio… generan una armonía distinta en ellas. Madrid fue complicado de conseguir, y quizá por eso la disfruté tanto. GRACIAS.
Hoy he recibido las obras de nuevo en mi estudio en Córdoba. Ahora toca descansar, ellas y yo. Ha sido una gira intensa y magnífica de casi dos años, que me ha enseñado mucho y me ha hecho crecer. Un recorrido que me ha dado una perspectiva que antes no tenía y me ha regalado destinos jamás imaginados.
Gracias a todas esas Mujeres Valientes que me precedieron con los pinceles. Ellas y solo ellas, con su empeño, su maestría y su saber estar en la sombra, esperando; han hecho que poco a poco, lentamente, su trabajo cale. Ojalá muy pronto MAESTRAS y MAESTROS compartan espacio de forma natural. Ojalá algún día los libros de arte y los saberes básicos de asignaturas como Fundamentos Artísticos hablen de MAESTRAS Y MAESTROS por igual, en el mismo bloque de contenidos. Ojalá algún día, la aceptación del talento artístico de las mujeres, no sea una moda políticamente correcta, sino una realidad. Entonces ese día, realmente, habrá avanzado algo, ojalá mis hijas y mis alumnas consigan vivirlo. ELLAS SE LO MERECEN.