Hola, amiga, soy yo de nuevo;)
Retomando la anterior publicación, cuando logramos pensar que todo estaba yendo bien, las cosas nos pillaron desprevenidas.
Mi hermana y yo ya sabíamos de la existencia de la relación de mi padre y el alcohol, peronunca pensamos que algo más ocurriría con el paso del tiempo.
Cuando empezamos el colegio, yo estaba en primero de primaria, mientras que mi hermana estaba en infantil (4 años), éramos muy pequeñas. En esos momentos, tuve que madurar de repente. Tenía que ayudar mucho en casa y en la crianza de mi hermana, porque a pesar de que mi padre estaba presente en casa, se sentía su ausencia a la hora de guiarnos en nuestro crecimiento. Muchas veces, debido a su afición a consumir alcohol, no podíamos dormir. Él se quedaba hasta tarde bebiendo, y nosotras que lo estábamos viendo, nos desvelábamos. Este hecho nos supuso varias veces llegar tarde al colegio o directamente no ir. A veces, por lo abatido que estaba mi padre, me tocaba levantarme temprano, hacer el desayuno, vestir a mi hermana y por último a mí. Otras veces mi padre nos llevaba al colegio y se notaba que seguía bajo la influencia del alcohol, recuerdo que a esa edad no me importaba demasiado el hecho de que mi padre nos llevara de un lugar a otro, pero eso cambió a medida que me fui haciendo mas mayor.
Mi padre siempre había sido alguien que imponía orden con solo una mirada, por eso nunca me atrevía a decirle nada. Pero recuerdo una vez en la que él había traído a alguien a casa, ese día hubo más caos, todo estaba sucio y yo ya estaba cansada de limpiar una y otra vez, así que esa vez se me escapó de mi boca un ‘Eso lo limpiarás tú, ¿no?’. ¡Yo no pienso limpiarlo’!. Evidentemente me llevé una tremenda reprendida por parte de él, a lo que llevó a que yo acaba llorando. Aunque mi padre estuviera bebido o no, en ese instante se preocupó por mí, nunca le gustó vernos llorar. Creo que fue una de las pocas veces que entendió que todo ese ambiente no nos hacía bien. Pero esto no paró ahí, claro que no. Fue un avance de lo que viviríamos unos años más.
Mi madurez respecto a algunos temas ya era más notoria, pero seguía siendo tan solo una niña a la que le afectaban muchas burlas de otros niños. Yo de pequeña no era una niña delgada, era más bien un poco gordita, se me notaba la barriga y mis mejillas eran muy gordas, esto a los niños y niñas les hacía querer burlarse de mí. Al principio no me afectó y me lo tomé a chiste (si estás pasando por esto, por favor, no lo subestimemos, porque al cabo del tiempo menosprecias más tus propios sentimientos y te echas la culpa de algo que no tienes), eso fue una mala idea, cuando ya me había dado cuenta, había dejado de comer, intentaba reducir cada vez más mi porción en el plato,.. Y a veces por falta de atención, tiraba comida o buscaba alguna manera de hacer parecer que había comido, la táctica me estaba funcionando, pero ¿cuánto durará?
Continuará…
