¡Hola querida lectora!
Hoy te traigo un datazo: ¿Sabías que la primera impresión se produce en 140 milisegundos?
¡Sí!, en ese diminuto movimiento de ojos que hacemos de arriba hacia abajo cuando vemos a una persona por primera vez, obtenemos muchísima información, ¡sí!, así de rápido podemos sacar “conclusiones”.
Ahora que sabes esto, puedes entender, por fin, por qué le damos tanta importancia a esa primera impresión. Además, te diré, que cuesta mucho cambiarla si es que nuestra primera impresión no resultó favorable o positiva. La buena noticia es que, aunque lleve mucho trabajo, se puede cambiar.
En la primera impresión se debe tener en cuenta, nuestro cuerpo y la ropa que usaremos, las texturas, los colores, el comportamiento, la fisiología, el lenguaje verbal, que incluye el tono, las palabras en sí, los silencios, etc y el entorno. No se debe omitir ninguno, todos, todos, todos, son igual de importantes.
Te doy un ejemplo:
Me pongo un vestido largo de lentejuelas brillantes que me queda espectacular por colorimetría y por tipo de cuerpo, zapatos de taco, maquillaje llamativo, cabello y peinado de peluquería, un clutch acorde pero me voy al cumpleaños de mi mejor amiga en un restaurante al mediodía. ¿Hay algo extraño, verdad? Si, fallo el entorno.
Hay códigos de etiqueta tácitos en todos los eventos, hay que saber ubicarse y no temer preguntar a quienes organizan o anfitriones, sobre que es lo que esperan que se pongan los invitados o si hay un dress code. Preguntar podrá ayudarte siempre a mejorar tu primera impresión.
Ya te di los motivos para que cuides tu imagen que es parte de la primera impresión, cuídala, pedí ayuda si no sabes como hacerlo, siempre habrá alguien dispuesto a ayudarte.
Y recuerda que ¡no hay segunda oportunidad para una primera impresión!.
La próxima semana más, te espero amiga