En el telar de la vida, cada hilo de pensamiento se entrelaza con las acciones que tejemos en nuestro día a día. Nos movemos en un constante flujo de decisiones, y cómo interpretamos la realidad juega un papel crucial en la calidad de la tela que creamos. La Ley de Causa y Efecto nos susurra que nuestras decisiones y pensamientos moldean la experiencia de vida que cosechamos. Escucho a muchas personas decir que no entienden eso de que somos creadores de nuestra realidad. Ya hablamos la semana pasada de este tema, y como es muy importante, hoy lo vemos desde otro enfoque.
La Poderosa Ley de Causa y Efecto: Sembrando el Terreno de Nuestra Realidad
Esta ley nos recuerda que nuestras elecciones tienen consecuencias, que cada acción es como una semilla plantada en el jardín de nuestra existencia. Si sembramos pensamientos positivos y nutrimos nuestra mente con perspectivas constructivas, cosecharemos experiencias que reflejarán esa positividad. La clave radica en reconocer que estamos frente a una elección constante de cómo interpretamos la realidad que nos rodea. No podemos controlar todos los aspectos de la vida, pero sí podemos elegir cómo respondemos ante ellos.
Para mí es importante que no nos juzguemos. Tú yo de ahora, es el que vive la experiencia de las acciones del pasado. Es decir, lo que hizo tu yo del pasado es la causa del efecto que tu yo presente vive hoy. Por eso, es importante que tu yo presente, no juzgue y sea benévolo con tu yo del pasado, porque entonces, no sabías lo que sabes ahora, y lo hiciste como mejor supiste.
El Poder de Cambiar la Interpretación de la Realidad
A menudo, nos encontramos en situaciones que no podemos cambiar ni controlar. Sin embargo, la joya de la sabiduría que nos ofrece la Ley de Causa y Efecto es que sí podemos cambiar nuestra interpretación de esas situaciones. Enfrentamos decisiones constantes sobre cómo percibimos y reaccionamos ante los eventos de la vida. Justamente, estaba cenando con mi hija y su novio, y estábamos hablando de los efectos “positivos” de que ella tenga este linfoma, y no se haya podido ir a trabajar a Francia. Y es que poder ver esto en estas circunstancias es lo que nos hace aprender, y evolucionar.
Elegir la comprensión, la empatía y el enfoque positivo y de gratitud, en todo tipo de soluciones nos empodera para enfrentar los desafíos con una mentalidad más optimista.
Las Barreras que nos Alejan de la Felicidad: ¿Te Sientes Identificada?
Ya hemos hablado del concepto de felicidad (vivir en ausencia de miedos, vivir en amor), y creo que estaremos de acuerdo, que todos querríamos vivir en ese estado. Y, entonces ¿qué nos impide lograr ese estado de felicidad?. Es decir, hablemos de las barreras que a menudo construimos nosotros mismos, obstáculos que nos impiden tejer una vida más plena y feliz. Estas barreras no discriminan edad; afectan a todo tipo de personas de diversas maneras, y os haré un listado de cuáles son las más frecuentes.. ¿Te reconoces en alguna de ellas?
Perfeccionismo: ¿Buscas la perfección en todas las áreas de tu vida, desde tu carrera hasta tu apariencia física?. Establecer estándares extremadamente altos en el trabajo y en la vida personal, como esperar ser la madre perfecta, la profesional perfecta y tener una apariencia perfecta.
Comparación Social: ¿Te encuentras midiendo tu valía a través de las vidas aparentemente perfectas que ves en las redes sociales?. Medirse constantemente con otras mujeres, especialmente a través de las redes sociales, en áreas como la apariencia física, la carrera profesional, o la vida familiar.
Miedo al Cambio: ¿Evitas nuevas oportunidades por temor a lo desconocido?. Resistencia a cambiar de carrera, mudarse a un nuevo lugar, o embarcarse en nuevas relaciones por temor a lo desconocido.
Rumiar sobre el Pasado: ¿Te aferras a errores pasados, impidiendo tu crecimiento presente?. Aferrarse a errores pasados, como una mala decisión profesional o una relación fallida, y dejar que estos eventos afecten el presente.
Preocupación Excesiva por el Futuro: ¿La ansiedad sobre lo que depara el futuro te impide disfrutar del presente?. Ansiedad sobre el futuro financiero, el envejecimiento, o la capacidad para alcanzar ciertos hitos personales y profesionales
Falta de Gratitud: ¿Pasas por alto las pequeñas alegrías diarias mientras buscas constantemente más?. No apreciar pequeñas alegrías diarias, como el tiempo con la familia, logros profesionales o momentos de tranquilidad, debido a una constante búsqueda de más.
Enfoque en el Materialismo: ¿Asocias la felicidad con la posesión de bienes materiales?. Creer que la posesión de ciertos bienes materiales o el logro de ciertos estándares de vida son requisitos para la felicidad.
Rigidez Mental: ¿Te resistes a adoptar nuevas formas de trabajo, tecnologías o estilos de vida?. Resistencia a adoptar nuevas tecnologías, formas de trabajo, o estilos de vida debido a la comodidad con la rutina existente.
Autoexigencia Excesiva: ¿Eres tu crítica más dura, estableciendo estándares poco realistas para ti misma?. Ser demasiado crítica consigo misma en áreas como la apariencia física, la capacidad profesional o las habilidades parentales.
Falta de Conexión Social: ¿Te encuentras aislada socialmente, sin relaciones significativas que te apoyen emocionalmente?. Aislarse socialmente debido a compromisos profesionales o familiares, lo que puede llevar a la falta de apoyo emocional y relaciones significativas.
Reconocer estas barreras es el primer paso para superarlas. La Ley de Causa y Efecto nos insta a ser conscientes de nuestras elecciones y a desmantelar estas barreras para cultivar un jardín interior más fértil.
Conclusión: Abrazando la Responsabilidad de Nuestra Felicidad
La Ley de Causa y Efecto nos recuerda que, aunque no tengamos el control completo sobre lo que sucede a nuestro alrededor, sí tenemos el poder de elegir cómo interpretamos y respondemos a la realidad. Al cambiar nuestra interpretación, cambiamos nuestra experiencia.
Desbloquear la felicidad implica derribar las barreras autoimpuestas. ¿Te atreves a desafiar el perfeccionismo, dejar de compararte, y abrirte al cambio? Al hacerlo, estás sembrando las semillas de una vida más plena y satisfactoria. La decisión está en tus manos. Te propongo un ejercicio: ¿cuales son las barreras que te has puesto para no ser feliz?. Empecemos identificándolas para, después, asumir la responsabilidad.
Si tienes dudas, puedes escribirme a info@belemcabrera.com y estaré encantada de responder a tus preguntas.