Olímpico Francisco Fernández Ochoa, una calle muy céntrica en Alcorcón.
Una calle llena de recuerdos dulces y salados, y la verdad es que mi llegada a Madrid procedente de Galicia y a mis 24 añitos, pues hace ya casi otros tantos, resultó ser un cocktail molotov para mí persona.
Yo nadaba en la pura inocencia y buceaba en lo más profundo de la mano de la inseguridad.
Y claro está que con tres meses de ” just married” me quedaba mucho por descubrir.
Reconozco que el miedo a lo desconocido da espanto y yo era ¡la Mujer espantada!
Me transformé en la esposa ideal, esa que de entrada abandona sus sueños para que el pariente consiga los suyos.
Tengo muy claro que desde el otro lado lo veo todo muy claro pero en esa época me miraba mucho al espejo, porque la verdad que soy muy coqueta, pero el vago reflejo era de no sé quién…
Pasan los meses y yo sigo desempeñando mi papel , pero si algo destacaba en mi era la extrema sensibilidad.
Y es que de siempre había escuchado a mi abuela secundar la misma frase: ¡Ella es tan delicada!
No sé muy bien de dónde le venía a mi abuela la inspiración pero en un corto plazo de tiempo yo empiezo a encontrarme rara , mal.
Me dolía la cabeza muy a menudo, también cualquier pequeño trabajo hacia que me doliese la espalda mucho y lo peor el cansancio que notaba a diario.
UN CANSANCIO QUE HACÍA QUE NO ACABASE DE ATERRIZAR.
Continuará…