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Abuelas CMC: Graci

Abuelas CMC: Graci

Graci, una Super Mujer Empresaria en los años 50

En una época en la que las circunstancias y la tradición moldeaban el destino de muchas Mujeres, una dama valiente y resiliente desafió las expectativas, forjando su propio camino. Graci, con sus 94 años, es un testimonio viviente de lucha, determinación y amor. A través de décadas de cambios, guerras, alegrías y desafíos, ella se ha mantenido firme y ha construido un legado de amor y resistencia. Hoy, nos sumergimos en sus memorias, recordando tiempos pasados y descubriendo cómo una Mujer tan increíble enfrentó y abrazó el cambio.

  1. Graci, primero decirte que estoy encantada de poder hacerte esta entrevista. Para mi es un honor y una emoción enorme poder compartir este ratito contigo, y estoy segura que nuestras lectoras lo van a disfrutar igual que yo. Quiero que te sientas cómoda y que respondas a lo que quieras, y si hay alguna cosa que no te apetece contar, o pregunta que no te guste, con total libertad, me lo dices y pasamos a la siguiente. Ahora sí, empezamos:  tu infancia estuvo marcada por vivir en una familia numerosa con 13 hermanos, ¿cómo era un día típico en tu hogar?

Los hermanos mayores iban a trabajar: unos a la mina, otros con el ganado (ovejas, cabras, 2 o 3 vacas…). Mi padre era labrante de piedra. Entre todos, se hacía de todo. Yo, hacía de todo, si había que pelar patatas, se pelaban; si había que ir con el ganado iba, lavar la ropa en el río porque no había agua en casa… Al medio día, comíamos en casa todos juntos, hasta que empezaron cada uno a marchar; uno se fue a África, otros a Teruel, a Barcelona…siempre por cuestiones de trabajo, buscando mejor vida, aunque no siempre les salió bien y alguno tuvo que volver al pueblo. Además, cuando empezó la guerra 5 de ellos tuvieron que marchar; obligaban a ir a 3 de cada casa, pero otros 2 se presentaron voluntarios porque había que salvar España.

En casa, todos los días por la noche se juntaban los mayores a La Hila que era reuniones de los más jóvenes, que se juntaban para conversar, contar chistes…pasar un rato agradable. Como no había ni televisión, ni radio, ni nada, era la manera de entretenerse; pero como yo era pequeña me mandaban para la cama, y como tenía miedo me quedaba sentada en la escalera.

  1. Pese a los retos de tu tiempo, decidiste abrir tu propia peluquería cuando no era común que las mujeres emprendieran. Eres mi heroína y una Mujer Pionera ¿Qué te motivó a hacerlo? ¿Recuerdas algún obstáculo particular que tuviste que superar?

Se murió en 1958 mi padre después de pasar una enfermedad muy larga, en la que me tocó cuidarle mucho. En casa solo estábamos ya dos hermanas de las mayores y yo. Como yo tenía novio, pensé que no pintábamos nada en casa 3 mujeres; y pensé que para ganar dinero tenía que buscar trabajo; a mí me gustaba mucho la peluquería, y mi hermana me decía que se me daba bien la costura, pero no me gustaba tanto.

Decidí buscar una academia de peluquería en León, lo pasé un poco mal, porque tenía que buscar pensión, y me fui con una maestra y su madre que era muy mayor y estaba muy enferma. Al final, la señora de la academia de la peluquería me dijo que fuera con ella, y dormía en el almacén de los productos de peluquería. Yo quería marchar pronto, y aprender rápido, lo conseguí en 3 meses, porque en Riaño ya me estaban esperando. Decidí irme a Riaño, porque el pueblo era más grande y el trabajo sería más fructuoso; además tenía un hermano allí que era peluquero, y me dejó quedarme en su casa.

Luego cogí un piso donde monté mi peluquería, y me casé. Allí seguí con la peluquería, 3 niños y hacer la labor. Así que, tuve que meter a una mujer que cuidara de los niños porque no podía con todo.

Tenía mucho trabajo, y algunos días bajaba a Las Salas a ver a mis hermanas en bicicleta, que me quedaba a unos 10 kilómetros. 

Problemas con la peluquería, no tuve ninguno, trabajé mucho, en servicio permanente; a veces no tenía tiempo ni de comer, compraba plátanos para comer allí…y podía darme las tantas de la noche. 

El mayor obstáculo que sufrí es que hicieron el pantano de Riaño, dejándonos sin casa y sin trabajo; por lo que nos tuvimos que marchar para León. Tuve que buscar un local en León, que no llegué a utilizar, porque acabé peinando en casa, ya que cuidaba de mi suegra y de mi cuñado, ambos que no estaban bien.

  1. Tu historia nos cuenta que te sacaste el carnet de conducir con 40 años. En aquel entonces, muchas Mujeres, la mayoría, no conducían. ¿Cómo fue esa experiencia para ti?

Malísima; porque me junté con cuatro hombres de distintos pueblos, que queríamos sacarnos el carné de conducir; pero como no entendíamos nada de conducir, decidimos comprar un coche entre todos, un 600 de cuarta mano por lo menos que nos costó 5000 pesetas, para utilizarlo unas veces uno y otras veces otro. Recuerdo una vez que bajé al pueblo a ver a mis hermanas, y el coche tenía unos agujeros por debajo, estaba lloviendo y se me metía el agua por los pies. A veces, no tenía luz el túnel, el coche no lucía mucho, casi ni veía…con niños y todos.  

Al vivir en un pueblo las prácticas que hacíamos eran muy distintas comparando con la ciudad, el teórico no me costó nada, pero del práctico siete veces me examiné: había semáforos, cruces, gente…

Me saqué el carné de conducir, porque a mi marido le daban ataques epilépticos, necesitábamos el coche y nos daba miedo que él condujera; así que lo tenía que hacer. Siempre había llevado él el coche, (sacó el carné el día después de casarnos); pero no podíamos llevar a los niños pensando que le podía pasar algo conduciendo, así que me tocó hacerlo.

  1. Sin duda, tu vida ha estado llena de momentos emotivos. Sabemos que cinco de tus hermanos fueron a la guerra y, gracias a Dios, regresaron todos. ¿Cómo viviste aquellos tiempos de espera y ansiedad?

Muy mal, yo no me daba tanta cuenta porque era pequeña. Yo nací en el año 1931 y la guerra estalló en el 36; pero veía a mis hermanas llorar mucho, cada vez que llegaba una carta. Recuerdo una carta de un hermano que decía que le habían herido en el brazo derecho, y agradecía las broncas que le había echado nuestro padre, porque era zurdo y él le obligaba a coger la cuchara con la derecha.

  1. En 1987, sucedió un giro drástico con la construcción del pantano en Riaño, lo que significó la desaparición de 8 pueblos. ¿Cómo viviste ese cambio? ¿Qué significó para ti tener que cerrar tu peluquería?

Fue una pena, porque fue una situación muy dura, nos desalojaron, nos quedamos sin casa, sin trabajo y no sabíamos que hacer. La suerte que tuve es que tenía familia y casa en mi pueblo Las Salas. Además, nos dieron la oportunidad de tener una casa en León, donde ya estaban mis hijos estudiando.

Fue muy duro, pero es cierto, que yo allí trabajaba de sol a sol, y al llegar a León, mi vida fue más tranquila. Aunque tenía que cuidar a mi suegra y a mi cuñado, descubrí que se podía hacer más cosas que trabajar. Me juntaba con las amigas en una Asociación para ir a jugar a las cartas, hacíamos gimnasia, nos íbamos de excursión…cosas que estando en el pueblo, no sabía ni que existían.

  1. Hay una historia de tu adolescencia que nos gustaría conocer de tu viva voz. El accidente con el carro, ¿podrías contarnos qué sucedió y cómo te sentiste?

Por entonces, en plena guerra, escaseaban todos los alimentos. No había para comprar, ni harina para hacer pan…así que íbamos a Tierra de Campos, más o menos a 60 kilómetros, en carro tirado de vacas. Tardábamos 3 o 4 días ya que sólo podíamos circular por la noche porque no era legal en esa época, por el día parábamos en los pueblos. Nos juntábamos 3 o 4 carros para ir.

Un año a mis hermanos les paró la guardia, y les quitaron todo lo que llevaban, dejando solo los sacos.

Así que, un día, mi hermano mayor estaba mal del estómago, y fui yo con mi hermano Ricardo, acompañados de otros carros que iban de otros pueblos; Ricardo tendría unos 20 años y yo sobre 15. Cargamos en un pueblo que se llama Villahibiera, y volviendo para Las Salas, tuvimos que pasar por delante del cuartel de Cistierna, donde justo la carretera hacía como una cuesta; las vacas empezaron a tirar metiendo las ruedas en la cuneta, de donde no podían salir.

Los chicos de los otros carros, guardaron los alimentos donde pudieron, y vinieron a ayudarnos con otro par de vacas, las ataron y nos remolcaron justo delante todo del cuartel. Yo creo que los guardias ese día hicieron la vista larga, porque tuvimos que hacer ruido, pero nos sacaron y no salió nadie. Llegamos a Cistierna, dejamos los alimentos en un corral para pasar la noche y al día siguiente cuando anochecía salimos camino a Las Salas.

Necesitábamos que nadie nos quitara esa comida, porque nos acaban de quitar el otro carro, y era nuestro pan para todo el invierno.

  1. Llevar luto durante años es una tradición que ha ido desapareciendo con el tiempo. Tuviste que vestir de negro por el luto de tu padre y luego de tu tío. ¿Qué significaba para ti y cómo lo viviste?

Y primero de mi madre, con 10 años. Estuve 3 años de luto por mi madre, menos mal que mi hermana mayor Cion me hacía unos vestidos muy bonitos, pero negros.

Después se murió mi tío Domingo, y estuve de luto un año. Yo tendría unos 14 años más o menos.

Luego se murió mi padre, cuando yo tenía 27 años y estuve de luto como un año más, porque después marchaba a la academia y ya me dejaron ponerme una chaqueta jaspeada, pero los vestidos negros todavía.

Y cuando se murió un hermano que se mató en un accidente de camión, yo ya tenía la peluquería, así que me compré las batas negras.

Yo me sentía bien, lo llevaba con gusto, porque para mí significaba recordarles; pero es verdad, que luego me llegue a cansar, y por eso ahora no me gusta ir nunca de negro.

  1. En la actualidad, vivimos en la Era Digital. ¿Cómo ves estos avances? ¿Te gustan? 

No los entiendo: que si wifi, que si fisbuk…a mi hablarme en castellano, y dejarme de lios de estos. Es verdad, que la vida ha cambiado mucho.

Sobre todo, recuerdo una vez que mi hija mayor se marchó a vivir a Perú, y a mi me parecía imposible ser capaces de hablar y menos verla. Y efectivamente, podía verla todas las semanas, hablar con ella…pero me sigue pareciendo cosas de los demonios.

Muchas cosas ni se creen, ni las podíamos pensar hace unos años.

  1. Me gustaría hablar ahora de tu preciosa familia, tus 3 hijos, tus 2 nietos y tu yerno. Me consta de primera mano que te adoran y te quieren más que a nada. David, tu nieto, fue quién me contactó para contarme tu Historia, y solo hay que leer su relato para saber el AMOR tan grande que se respira en vuestra familia, pero… ¿podrías describirnos con tus palabras lo que sientes por cada uno de ellos? 

Por todos por igual, me emociono mucho al hablar de ellos y me quedo sin palabras. Pero me considero afortunada porque siento que tengo una familia envidiable del todo. Cómo iba yo a pensar que estos nietos se ocuparan así de mí, y mis hijos por supuesto.

  1. Por último, Graci, después de vivir tantos años y tantas experiencias, ¿hay algún consejo o mensaje que te gustaría dejar para las futuras generaciones? 

Que sean buenos, que la vida consiste en ser bueno y no decir mentiras, ni hacer daño a los demás. La verdad prevalece ante todo y así disfrutarán de la vida, que es muy bonita y lo más importante es vivirla.

Graci, y ahora sí, hemos terminado esta super charla, preciosa, donde has contado a muchísimas Mujeres y Hombres de España y del otro lado del charco tus experiencias de vida, muchas muy buenas, y algunas menos buenas, pero como bien dices, y con eso me quedo, hay que disfrutar de la vida, que es MUY BONITA. Y tú, Graci mía, eres muy BONITA . 

Ha sido un auténtico placer y honor compartir este ratito contigo, y se que así lo van a vivir todas las personas que entren a disfrutar de esta entrevista tan especial. 

No quiero despedirme de ti sin decirte que tenemos un regalito para ti, una Super Camiseta de la Revista CMC que espero que te guste mucho y que te la pongas para ir de paseo por el pueblo, vas a ir a la última moda, je je. 

Ahora sí, muchas gracias de nuevo, eres maravillosa, un besazo y vamos a seguir en contacto Graci, porque ya eres la Abuela de la CMC. 

Y para ti mi querida lectora, espero que te haya gustado y emocionado tanto como a mi, esta experiencia de vida con Graci. 

A partir de ahora, en la nueva sección de “Abuelas CMC”, viviremos momentos únicos como éstos con muchas Abuelas que tienen MUCHO que contar y muchas ganas de hacerlo. 

No te lo pierdas, ¡te esperamos! 

Elena Ramírez

Elena Ramirez

Hola soy Elena, una Mujer Cualquiera 🙂

Mujer emprendedora y empresaria, madre de los dos amores de mi vida, deportista, amante de los animales y escritora y bloguera en mis tiempos libres. Dedicada al Mundo Digital en la última década, he fundado tres agencias de marketing online, la más reciente es www.bebluee.com

Algunas de mis secciones:

2 comentarios en «Abuelas CMC: Graci»

  1. Graci es admirable con su edad como ha seguido la entrevista.Con todas las ideas y respuestas muy claras ,no ha dudado en ninguna pregunta , siempre con una sonrisa y amabilidad para mí un diez para entrevistadora y entrevistada. Desde hoy fan de GRACI…

  2. Qué buenos momentos nos hizo pasar Graci cuando grabamos la entrevista, que emociones, que risas, que alegría y que simpatía trasmite.

    Queda pendiente ese cocido que parece que tiene fama por Las Salas, el cocido de Graci!!

    Gracias GRACI!!

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