¿Sabías que recordar cosas buenas nos hace felices? Imagina por un instante que estás recordando un momento especial, uno de esos instantes llenos de alegría y gratitud. Tu cerebro vuelve a vivir esa experiencia, trayendo consigo emociones maravillosas y una respuesta física similar a cuando realmente lo viviste, es como si estuvieras viviendo esos momentos felices una vez más.
Esta práctica no solo mejora tu estado de ánimo, sino que también aumenta la gratitud en tu
vida diaria. Así que la próxima vez que necesites un impulso de felicidad, ¡no olvides recordar esas cosas buenas que te hacen sonreír!
Recordar es un valioso recurso para sentirte mejor, no tiene fecha de caducidad y no cuesta dinero. Te invito a aprovecharlo recordando todas esas cosas buenas que te han pasado y compartirlas con tus amigos. Porque ahora sabemos que la felicidad se activa a través de las relaciones personales, y este recurso también está en nuestras manos.
Según el profesor Tal Ben-Shahar, la genética influye en un 50% en nuestra felicidad, nuestras elecciones personales en un 40% y el entorno en un 10%.
Tengo otra buena noticia ¡Podemos aprender a ser felices, somos capaces si así lo deseamos y nos ponemos manos a la obra! Así que ¿por qué no comenzar recordando esas cosas maravillosas?
Dentro de las elecciones personales que afectan nuestra felicidad, se encuentran las personas que nos acompañan en la vida, como tesoros que surgen en nuestro camino. ¿Por qué no compartir el valioso recurso de recordar cosas buenas con nuestros seres queridos? Los amigos son como tesoros preciosos, depositarios de amor, confianza y apoyo quenos brindan una felicidad duradera y significativa en nuestras vidas.
Robert Waldinger profesor de Psiquiatría en la universidad de Harvard nos recuerda algo fundamental: la calidad de nuestras relaciones interpersonales es clave para mantenernos felices y saludables a lo largo de la vida. Las personas con relaciones sólidas viven más, son más felices y gozan de mejor salud. Lo fascinante es cómo se conectan las ideas de Waldinger con las de Aristóteles, coinciden en resaltar que la esencia de la felicidad radica en la búsqueda de un bien común, compartido por el grupo social del que se forma parte, como resalta Fernando Sandoval Arzaga Director Académico del Instituto de Familias Empresarias.
Quiero compartir algunas ideas que han transformado mi perspectiva de vida y me han acercado a este estado que me gusta llamar estado de Ser Felicidad ¿Estás lista?
Date permiso para ser humano y perdona tus fracasos, incluso celébralos, esto disminuye la ansiedad, depresión y la baja autoestima.
Agradece lo bueno y no des por hecho el bienestar. Realiza actividad física para fabricar endorfinas, los neurotransmisores naturales que producen placer y combaten el dolor.
Identifica lo verdaderamente importante y concéntrate en ello para evitar la frustración.
Medita para reducir el estrés y alcanzar un estado de armonía en tus pensamientos.
Desarrolla la resiliencia, esa capacidad de recuperarse y salir fortalecido de situaciones adversas.
Para terminar hoy, te recuerdo las palabras de Aristóteles “la felicidad es el propósito de la vida “ Te invito a que aproveches cada día para ser felicidad y reflexiones sobre este tema , animandote a que pongas en práctica tu propio plan de acción ¿Te animas a compartir tu camino hacia tu estado de Ser felicidad? Me encantaría conocer tus poderes mágicos. Hasta pronto.
