Hace días que sentía que mi aportación también tenía que ser a partir de nuevas miradas, para facilitar e impulsar nuestro mayor BIENESTAR emocional y corporal de estos momentos ante el tránsito por las Pérdidas.
Hoy he decidido no hablar de mis propias pérdidas, sino sobre algo nuevo que está apareciendo (desde hace unos años) en estos cambios en los cuales todos nos encontramos inmersos, lo sepamos o no. Ante todo lo que nos configura individualmente y globalmente.
Hoy os traigo información más científica, más una parte de comprensión nueva para que podamos entender: cómo es que estamos así, cómo hemos llegado aquí, y qué podemos hacer para transformar todo ello, cuando nos encontramos de cara a la misma Pérdida, o después de ella.
Gracias a mi bagaje entre mis propias Pérdidas, mis acompañamientos y mis formaciones durante más de 30ª. En todo ello, he podido asumir toda esta claridad ante las Pérdidas, que no siempre me es posible poner este enfoque, aunque si me permite poder llegar hasta allí con mayor facilidad ante todo este camino ya realizado por mí, y me permite recuperarme con mayor facilidad dada toda esta información, que me permite ponerme en acción con mayor facilidad.
Os dejo este apartado para que podáis entender un poco mejor sobre todo lo que estoy compartiendo, de cómo nos pueden afectar las Pérdidas a nuestro organismo, como ello puede modificar las cadenas de ADN, como hay una relación mente-cuerpo, sino les prestamos la atención adecuada a ellas y a nosotr@s seguirán afectando nuestro caminar presente.
Caroline Myss creó un principio sanador clave en su libro “Anatomía del Espíritu”: “Nuestros cuerpos contienen nuestras historias, cada capítulo, línea y verso de cada acontecimiento y relación en nuestras vidas”. “Cada pensamiento que hayas tenido ha viajado a través de tu biología y ha activado una respuesta fisiológica”. Myss sostiene, que entre las experiencias que llevan energía emocional a nuestro sistema corporal están las relaciones pasadas y presentes, recuerdos y experiencias profundas o traumáticas, patrones de creencias y actitudes, y mucho más, posible de ser transformado ahora de forma consciente.
Otra visión evolutiva de la conexión mente-cuerpo la dio la doctora Candace Pert, que establece las bases biomoleculares de nuestras emociones y nos ayuda a entender cómo exactamente las emociones afectan a la salud. Ella afirma que las emociones son la conexión entre la mente y el cuerpo, o sea que el cuerpo y la mente se comunican a través de moléculas de emoción.
La genetista Barbara McClintock ganó un Premio Nobel por su descubrimiento acerca de que los genes pueden cambiar su posición en un cromosoma en respuesta al estrés. Sostuvo que los “impactos” que se pueden producir al material genético, desde accidentes en la célula, infecciones virales o entornos alterados, “fuerzan al genoma a reestructurarse a sí mismo” para sobreponerse a la amenaza, ante ese movimiento de miedo.
Manifestó, que, “Las emociones, creencias y todo aquello que hemos heredado afectan nuestro ADN, y que nuestros genes responden a las emociones -para bien o para mal“. Llamó al genoma “un órgano de la célula alta- mente sensible” que es capaz de “detectar los acontecimientos inusuales e inesperados y responder a ellos“.
Esta investigación demostró que nuestro código genético no es estático sino que es afectado por el estrés en su ambiente.
El doctor Dennis Novack del Colegio de Medicina en Estados Unidos dijo que “las moléculas en nuestros cuerpos son receptivas a nuestro ambiente psicológico“.
Otros avances científicos desde un ángulo completamente distinto, muestran también la conexión entre nuestras emociones y nuestro ADN.
Los científicos Glen Rein y Rollin Me Craty demostraron que sentimientos amorosos e intenciones específicas enfocadas alteraban muestras de ADN, en solución y producían efectos biológicos dentro y fuera del cuerpo.
Al usar técnicas específicas, tanto energéticas, como vibracionales, podemos sustituir patrones
defectuosos por otros nuevos y positivos. En síntesis, nuestros genes responden a las emociones, para bien o para mal.
También, Dean Hamer, biólogo molecular y jefe de la sección de estructura y regulación genética del National Cáncer Institute de los Estados Unidos, dice que la fe está profundamente enraizada en nuestro ADN, (la confianza en que ello se va a dar así) que heredamos una predisposición para ser espirituales.
En su libro (El Gen Dios), afirma que una variación del gen llamado VMAT2, el cual él ha llamado “El gen Dios”, es fundamental en las tendencias espirituales que están fuertemente trasmitidas en nuestros genes,
Entendemos que nuestras emociones y pensamientos afectan nuestra salud. Aquí, se une la parte energética, las emociones y la genética, une la ciencia y la auto-sanación.
Para poder tenerlo todo ello en cuenta en nuestro día a día, y facilitarnos la predisposición de resolver todo aquello que nos esté afectando, e impidiendo nuestra libertad emocional presente.
También podemos tener en cuenta a Masaro Emoto, científico que se dedicó a introducir mensajes en el Agua, y a estudiar como esos mensajes, esa sonoridad emitida sobre el agua, se podía ver afectada según las palabras, sonidos y vibraciones transmitidos, y como respuesta, esto puede ocurrir en el cuerpo humano, ya que somos un ser biológico-energético. Reconociendo como impactan en nuestra agua, los pensamientos repetitivos, las creencias, y las palabras que utilizamos de forma cotidiana y repetitivamente. Nos impulsa a que observemos lo que hacemos cada día con nosotros mism@s.
Cuando nos permitimos realizar cambios en nuestras creencias, nuestras actitudes también podrán cambiar y entonces somos capaces de afrontar nuevas cosas de manera más efectiva y resolutiva para nosotr@s.
Atreviéndonos a reprogramar nuestros patrones, cambio parte de nuestros sistema de creencias heredados, podremos reprogramar nuestras células, nuestros genes, nuestro ADN, desde el AMOR INCONDICIONAL hacia nosotros mismos, y hacia la vida. Y así regenerar nuestro código de ADN y rejuvenecer en nuestra vida. Sin permitir que lo anterior siga dirigiendo nuestras vidas de forma inconsciente.
Los científicos han estado apostando en descubrir qué activa y desactiva a los genes. Se trata de nuestros pensamientos, emociones y sistema de creencias lo que activa y desactiva nuestros programas genéticos, es útil pensar en el ADN como un libro de historias, como nuestro libro de vida. Por lo tanto podemos ver nuestro ADN como un libro por capítulos.
Una vez que los patrones problemáticos o difíciles son eliminados, nuestro cuerpo regresará a su inherente patrón original saludable.
El ADN es una molécula larga y multi unida que contiene la huella digital de la naturaleza para la vida en la tierra.
Más adelante os seguiré aportando más información científica, para que podamos ir expandiendo nuestra conciencia, y tener muchos más recursos y herramientas ante nosotr@s
Febrero 2024