Tod@s los que me estáis siguiendo, sabéis que comparto desde mis propias experiencias, de mis propias vivencias.
Hace unas semanas mi madre ha realizado el tránsito de la muerte.
Aunque su proceso de dependencia, empezó hace ya 8 años, aun así ella seguía su dominio dentro de sus límites que la vida misma le permitía realizar.
Para ello fue bastante duro depender de otros, que otros cuidarán de ella, después de casi toda una vida cuidando de los demás, sin casi ocuparse de sí misma, tal cual le habían enseñado que era lo correcto hacer, lo que esto nos llevaba a grandes discusiones entre las dos, ya que yo no opinaba igual.
Yo procuraba que pudiera entender también que la vida, no es tan solo lo que nos han enseñado, sino también lo que vamos aprendiendo durante el transitar por la vida, y los cambios que está nos trae, con nuevos aprendizajes y nuevas decisiones en el avance por la vida.
Lo más importante de esto que comparto, es que nos podemos escuchar desde que creencias elijo seguir en la vida, con las que me he aprendido de mi pasado, o me permito realizar todos aquellos cambios que sean coherentes para mi ahora, no como he funcionado en el pasado, sino ahora en mi presente.
¿Te haces estas reflexiones tú?
¿Te permites no seguir haciendo lo que los otros esperan de ti?
¿Te permites observar que los otros no pueden entender tu transformación?
Todo ello implica para los dos bandos grandes Pérdidas, algunas veces tan solo por falta de entendimiento de uno mismo y del otro.
¿Cómo me hace sentir no hacer lo que el otro espera de mí?
¿Cómo nos sentimos por no seguir las pautas establecidas a nivel familiar?
En mi familia, como os comente en un post anterior mi bisabuela envió el mensaje implícito de que hay que cuidar, mi abuela materna no siguió mucho está orden, y en cambio sí recayó en mi madre, y ella deseaba y esperaba que yo haría lo mismo que ella.
Aquí partimos a un gran distanciamiento, cuando yo dije cuido a mi manera, a mi forma que puedo y deseo hacerlo.
Ella no podía entender mi decisión tan diferente a la suya, y ello nos llevó a grandes desencuentros entre nosotras, desde hacía algunos años.
Aquí mi madre tuvo una gran pérdida conmigo al no ser lo que ella esperaba de mí, y para mí una gran pérdida al no verme comprendida en mi decisión, ante nuestro momento presente.
Hace poco más de un año que su decadencia, fue en aumento de forma progresiva, y su autonomía se fue perdiendo, fue cada vez limitando más, aunque a ella le costaba mucho asimilar todo lo que iba sucediendo en ella, en su día a día.
En mi ante tal situación fue en algunos momentos incomprensión hacia ella, al no entender que no sabía o no podía asimilar su nuevo estado, hubo dificultad en mí, por tanto una nueva pérdida con ella, al no aceptar que ella necesitaba más tiempo que yo, para verlo desde la misma posición que yo, y que también podía ser que esto no se pudiera dar nunca, donde ella seguía insistiendo en manejar su día a día, aunque ello en algunos momentos le traía grandes dificultades que no aceptaba que fuera así, y no podía reconocerlo muchas veces.
Nos movíamos en pérdidas constantes de incomprensiones entre las dos, yo asumo mi parte. Me costaba entender como no podía ver lo que había en realidad, con el tiempo pude asumir que cada una lo vivía de la mejor forma posible, y algunas veces pude preguntarme, cómo lo viviría yo si los papeles estuvieran intercambiados.
Por tanto en este último año, he hecho un gran viaje en el tránsito del duelo, sin que nadie se muera, sino de mirar a mi madre, con su pérdida de autonomía, con su pérdida de valor la vida y lo que tenía a su alrededor, encerrada en su historia, de la cual casi nadie conseguíamos sacarla de su condición que ella escogió vivir.
Este año reconozco que ha sido muy doloroso y difícil para mí, para ella y toda la familia, y para sus amistades, por las grandes decisiones que he tenido que tomar con respecto a ella, y sobre todo con respecto a mí.
Poner límites, decir esto se hace así, tomar decisiones que le corresponde a cada persona decidir sobre su propia vida, y su propio tránsito ante la decadencia, cuando estamos bien, cuando aún podemos tomar ciertas decisiones de cómo deseamos transitar de una forma agradable bajo nuestra propia responsabilidad sobre nuestra vida.
La conocía muy bien, muchas veces le decía, chica parece que te he parido yo, en lugar de tú a mí.
Es que la realidad, que desde joven yo tuve que cuidar de ella, durante sus episodios difíciles de salud que hubo en su vida, y yo estaba allí para cuidarla, ella cuidaba de su madre.
Ante todos estos vaivenes que comparto desde principios de diciembre, su decadencia fue en aumento y yo ya podía ver que ello estaba llegando a un punto de no retorno, aunque ella a simple vista no lo demostrará.
En todo este tránsito yo iba despidiéndome de ella, de la persona que yo esperaba que fuera como madre, me iba despidiéndome de mi de no ser la hija que ella deseaba, grandes pérdidas y grandes avances en todo este camino.
Llegó su final, de forma inesperada, sin que nadie realmente a simplemente estuviéramos preparados para que ello se diera.
Tras un problema en una intervención quirúrgica, por su dificultad en su corazón, su vida pudo seguir durante unas horas, para que cada uno pudiéramos encontrar la mejor fórmula para despedirnos de ella y dejarla partir.
Yo cumplí con todo lo que le había prometido hacía un año justo, tal cual ella me lo había pedido.
Por tanto en mí está la Calma y la Tranquilidad, después de este gran tránsito con la vida, la decadencia, la dependencia y la muerte de ella.
Si realmente estoy en la gran Pérdida de la Madre física, ya me he ido despidiendo de ello durante largo tiempo.
Ahora cuando me preguntan cómo estoy, primero tengo que respirar la respuesta, decir realmente lo que siento y lo que vivo, o responder lo que los otros esperan que sea normal responder.
He decidido y desde el primer día, me permito decir lo que Yo Siento, así no me pierdo de mí, y soy coherente, en algunos momentos algunas personas se quedan mirándome, y no entendiendo mucho mi momento, realmente no me preocupa, ya que me estoy permitiendo sentir mi presente. Mi respuesta es que llevo haciendo el duelo desde hace más de un año, ahora me permito sentir la Calma, la Tranquilidad o la Tristeza en su momento, no porque toca sentirlo, sino cuando se manifiesta en mí, dejo que surja y se alivie en mi interior.
Por tanto ante ello, también sigue habiendo Pérdidas, de no mostrarme como otros esperan que ahora me sientan, sino de ser yo misma, que esto es lo más importante, PERMITIRMELO que sea así.
¿Qué pasa en ti cuando no eres lo que los demás esperan de ti?
¿Qué pasa en ti cuando lo que tu sientes no corresponde con la idea de los demás?
Si lo deseas comparte conmigo tus experiencias, que es lo que te ha movido de tus vivencias.
Por tanto sigo transitando la vida y el proceso de duelo de la mejor forma para mí, en cada momento que vivo ahora.
