¡Hola, belleza! Hoy quiero contarte una historia que, créeme, te va a dejar con la boca abierta. Puede que, hasta te veas un poquito reflejada en ella. Si estás cómoda en ese sillón (¡y yo sé que lo estás!), acompáñame en esta nueva publicación.
Hace poco conocí a una Mujer Fabulosa, pero con un pequeño detalle: se había olvidado por completo de su cuerpo. ¡Sí, como lees! ¿Cómo es posible olvidarse de algo que llevamos con nosotras 24/7? Bueno, te lo cuento.
Nuestra historia comienza con una entrevista. Y aunque estás pensando “¡qué emocionante, una entrevista!”, déjame decirte que fue peculiar. Preguntara lo que preguntara sobre su cuerpo, recibía un enorme signo de interrogación por respuesta. “¿Mis manos? ¿Qué te puedo decir?”. “¿Mis piernas? Pues, son piernas”. Pero si mencionabas su pelo, ¡oh, mamma! Podía hablar horas y horas.
Resultó que, en su mundo, todo lo que importaba estaba arriba, en su mente brillante. Su cuerpo era, en resumen, solo un vehículo para su cerebro.
Y aquí viene la parte que te hará soltar una risita: al revisar su guardarropa, ¡no había espejo de cuerpo entero! ¡Ninguno! Mi mente estaba en un torbellino. Quería gritar: “¡¿Dónde está tu espejo?!”, pero me contuve. Era su momento, no el mío.
Tras muchas risas y pruebas con algunas de mis prendas, comenzó a descubrir la magia de su cuerpo, de su reflejo. Vio que su exterior podía ser tan brillante y expresivo como su mente llena de ideas y conocimientos. Y cuando finalmente la vi sonreír frente a su reflejo, supe que habíamos encontrado el tesoro.
¿La moraleja? A veces, nos olvidamos de nosotros mismos. Y está bien. Todos lo hacemos. Pero con una pequeña chispa, un pequeño empujón, redescubrimos todo lo maravilloso que somos, por dentro y por fuera.
Y ahora amiga, ¡quiero oírte! Cuéntame, ¿alguna vez te tiene sentido así? ¿Has tenido un “momento espejo”? ¡Deja tus comentarios! Quiero saber todo sobre ti y tu fabuloso viaje de autodescubrimiento. Porque sí, yo también he sido mi propio espejo y quiero serlo para ti. ¡Vamos a descubrir juntas lo brillante que puedes ser! 💖✨
2 respuestas
Tu Capítulo III de ‘Aprende a Quererte’ es una hermosa invitación a la autoaceptación y al autodescubrimiento. Me ha conmovido profundamente la historia de esta mujer y su viaje hacia el redescubrimiento de su reflejo. Tu habilidad para narrar esta transformación con tanta empatía y calidez es admirable. Gracias por recordarnos la importancia de valorar y amar cada parte de nosotras mismas, tanto mental como físicamente. Tu mensaje es un poderoso recordatorio de que todas merecemos un ‘momento espejo’ para apreciar nuestra propia brillantez.
Pues sí! Cuando tuve a mi segundo hijo a los 4 meses y medio me diagnosticaron Esclerosis Múltiple y después vino la pandemia! Un cóctel cuanto menos potente! Me entró la ansiedad y me comía absolutamente todo hasta que engordé mucho.
Hasta que un día vino a casa mi mejor amiga cuando ya lo del confinamiento había pasado y podíamos juntarnos x personas en el exterior y aunque ese día no me dijo nada a los pocos días me llamó y me dijo: Amiga! ya está bien! No puedes abandonarte así! cuando colgué el teléfono lloré mucho porque sabía que tenía razón y a partir de ahí empecé a cuidarme más.
El sobrepeso no me favorecía nada para la esclerosis porque si te cuesta mover sesenta kilos si tienes que mover ochenta te va a costar mucho más! No lo digo por un motivo puramente estético pero no podemos ser hipócritas! Si te sientes mal y cuando te ves al espejo no te reconoces … eso no ayuda demasiado.