Ser una mujer con discapacidad a veces nos hace más vulnerables de lo normal.
Hemos aprendido que la queja no es válida y que al final cuando hablas del dolor o de estar incapacitada para ciertas cosas no generamos comprensión sino todo lo contrario, generamos PENA.
En mis años de “mujer discapacitada “ y a través de la experiencia, vaya eso por delante me he instruido sobre todo en ser la mala del cuento.
Y porqué soy la mala del cuento , porqué soy tan mala defendiendo lo mío?
Pues muy fácil: me diagnosticaron fibromialgia con 30 años , y tengo 49. Creo que suficiente información y experiencia para saber de lo que hablo y para saber que mi cuerpo es mío y LO QUIERO.
En esta enfermedad invisible parece que no puedes quejarte , o simplemente tomar una decisión.
Pues aquí estoy yo, haciendo lo que considero.
Ya no doy explicaciones a quién de entrada cuestiona mi enfermedad con la misma frase hecha de siempre:
- Que guapa te veo , no parece que estés enferma.
- El dolor muscular es por el tiempo.
- Tienes que hacer deporte
- Tienes que salir más
Cuando empiezas a poner límites y a no dar explicaciones sobre lo que te pasa , empiezas a ser la mala del cuento.
Y qué bien me siento siendo la mala y no hacer caso a tanto CUENTO.
Gracias por leerme , os mando un abrazo enorme!!