Hola querida lectora,
Si me sigues en Instagram sabrás que la semana pasada estuve de martes a viernes en Madrid.
¡Sí! ¡Me fui yo sola! Con mi maleta cargada de ilusiones y libros míos y por supuesto con la esclerosis múltiple porque a ella la tengo que llevar siempre. ¡Quiera yo o no quiera!
Cuando empecé a pensarlo me decía: ¡Venga! ¡Va! ¡Hazlo!! y por otra parte como en las películas cuando te habla el angelito desde tu hombro aparecía el diablo y me decía “ a dónde vas? ¿Y si te da un brote o algo?
Son muchos días y eres madre bonita!!
En una etapa en la que lo veía todo negro y con alguna tonalidad gris oscuro, trabajaba todas las horas del día en hostelería, y tenía un objetivo. “En cuanto podamos, me decía a mí misma, ¡nos vamos a un hotel! ¡Solas! Da igual a dónde! y solamente vamos a dormir y comer. ¡Nada más! Pero cuando pude hacerlo mi marido había aparecido ya en mi vida y poco a poco me fui olvidando…
Y aunque conforme se acercaba el día me ponía más y más nerviosa me dije: ¡Te lo debes a tí misma! ¡Hazlo! ¡Aunque sea con miedo! ¡Pero hazlo!
Ha sido el mayor ejercicio de autocuidado que he hecho en mi vida.
Me sentía como en Pretty woman cuando llamaba a un taxi para que me recogiera en tal sitio y me llevara a tal otro. ¡Estaba yo sola! y al margen de los compromisos que tenía que eran todos sueños por cumplir, no tenía que pensar en nada más que en lo que a mí me apetecía hacer en cada momento.
A nivel personal me siento orgullosa de mí por haber desobedecido a ese diablo de la culpa que siendo mujer, madre, y discapacitada siempre está ahí para dar el coñazo e intentando que te sientas mal incluso por no poder levantarte un día de la cama.
A nivel pareja, también estuvo muy bien. Se me hacía raro hacer una videollamada con mi marido y que fuera él y no yo la que estaba en casa con los niños. Y porque aunque yo tengo al mejor marido del mundo, ¡viene bien que él me eche en falta a mí alguna vez! ¿¿No crees??
Y como madre también resultó ser una experiencia muy positiva, porque llegué a casa descansada, había estado días sin escuchar tropecientas mil veces al día “Mamaaaaa” y eso hizo que volviera con más paciencia para estar con ellos.
Así que si puedes hacerlo no lo dudes querida mía. Necesitamos recargar pilas y a veces nos tenemos que conformar con cinco minutos en los que nos echamos crema hidratante y ya nos creemos que es autocuidado. ¡No, eso está muy bien pero a veces necesitas más mimos y necesitas ser tú la que te los des!
¡No te olvides de tí querida lectora! En el avión siempre te dicen que primero te pongas tú la máscara de oxígeno en caso de bajada de presión y después se las pones a los demás.
¡Nos leemos en quince días! ¡Millones de gracias por estar ahí! Por suscribirte a mi sección y por tus comentarios.