Laura – ¿Será que si represento a la generación Y?
Nací en los años 90, algunos la llaman la época de la generación Y: Los inconformes, le huyen a la rutina, son “multitasking”, autodidactas, evitan el compromiso y el éxito es viajar. Por lo menos en mi caso, diría que la mayoría de estas características me representa, pero cuéntenme ustedes que concluyen con mi historia.
Mis padres se conocieron en Bogotá, pero ambos nacieron en lugares diferentes de Colombia. Mi papá es “paisa”, es decir, de una región cafetera del país, dónde les encanta la arepa, el café, el aguardiente y se caracterizan por ser muy trabajadores. El salió de su pueblo a la ciudad a estudiar ingeniería y salir adelante. Mi mamá es del Tolima, tierra caliente donde se cosechan muchas frutas, mi abuela sacó adelante a sus dos hijas emigrando también a la ciudad y diseñando ropa donde por cierto aún a sus 84 años sigue ejerciendo y es la mujer que más admiro. Luego que mis padres en sus veinti-algo se conocieron en una fiesta y se casaron, nací yo, en Bogotá, la linda, fría, volátil y extensa capital.
Recuerdo haber tenido una infancia muy feliz, aunque mis papás se separaron cuando yo tenía 5 años (luego volvieron a estar juntos), siempre recibí un buen ejemplo, siempre estuvieron ahí y me criaron de la mejor manera posible. Lo más importante que me enseñaron fue la disciplina y que la educación es nuestra mejor herramienta (realmente lo creo). Recuerdo mucho que me gustaba jugar con Barbies, tenía todos los accesorios, el carro, la casa, la ropa y el ken. Me encantaban las películas de Disney sobre todo Mulán. Mi hermana, 5 años menor que yo (la mona), de pequeñas discutimos mucho, pero siempre ha sido mi mejor compañía, mi fuerza y mi amiga.
A medida que fui creciendo y empezó mi adolescencia, la recuerdo como una época donde me sentí bastante reprimida, pues mi mamá era bastante sobreprotectora y le costaba mucho que yo saliera o hiciera actividades por fuera de la casa, por lo tanto, me comporté bastante “rebelde” (siempre dentro de los parámetros normales de una persona de esa edad), algunas escapadas, algunas fiestas, mis primeros novios y juegos “pico-botella”. Fue una época clave donde construí amistades muy sinceras, mis 6 amigas del alma con las que aún compartimos unos vinos al mes, nos apoyamos, contamos nuestros problemas y éxitos.
Durante un tiempo, extrañamente quise ser cantante y actriz, sinceramente no se porque pues no tengo buena voz y tampoco soy muy expresiva! Pero los últimos dos años del colegio empecé a descubrir mi verdadera pasión. Escoger mi profesión no fue tan difícil como quizás para otros sí lo es, pues cuando veía lo que hacía mi papá, simplemente me emocionaba y termine escogiendo el mismo camino.
Soy ingeniera de sistemas, hasta ahora creo que ha sido la mejor decisión de mi vida, porque a través de mi profesión cumplo parte de mi propósito, el cuál es ayudar a resolver problemas usando tecnología, es algo que me encanta, es el espacio donde siento que no hay límites, que constantemente puedo crear y ayudar a los demás.
Los primeros semestres no fueron nada fáciles, consideré retirarme, por un lado, es una profesión de hombres, me sentía intimidada aveces creía que no pertenecía, por otro, pensé que no iba a lograrlo porque es una profesión que reta mucho mentalmente. Ver el esfuerzo de mis padres al pagar mi carrera, querer sacarme adelante, me dio la motivación para continuar y terminar. La verdad fue un momento muy decisivo porque después de eso decidí que tenía que darlo todo, ser la mejor, ser excelente y no ser mediocre.
De igual forma, la universidad fue la mejor época de mi vida. Fue el espacio que me permitió encontrar mi individualidad, ser libre, aprender, conocer amigos, salir y abrir mi mente al mundo, entender el lema que tanto expresaba el himno de mi universidad: “servir es siempre renacer”. De nada sirve estar en el mundo si no pones tus capacidades al servicio de los demás y a dejar algo mejor de lo que encuentras.
Tuve la fortuna de encontrar trabajo antes de terminar mi carrera, en Colombia no siempre consigues un buen trabajo tan rápido. Después de un proceso de contratación bastante competitivo, ingrese a una de las multinacionales más grandes e importantes de Tecnología. Desde ahí mi crecimiento ha sido exponencial, a nivel profesional aunque me queda un camino enorme por recorrer, me siento muy contenta de lo que hasta ahora he logrado. He aprendido de personas demasiado admirables, he descubierto cosas que me encantan, como la innovación, la creatividad, el poder que tiene un buen liderazgo o un gran equipo de trabajo y que el café en la oficina es fundamental.
En paralelo a mi mundo laboral, a nivel personal, viví uno de los momentos más retadores de mi vida que fue dejar la casa de mis padres a los 25 años y aunque no lo crean eso en Colombia es irse muy temprano de la casa. Tome la decisión con ansias de independencia y rente un apartamento lejos de mis papás, tengo que decir que muchas veces me sentí muy sola, entendí que era muy cercana a mi familia, que no era lo mismo comer porque no los tenías para hablar o pelear también. Incluso suena tonto, pero aveces en las noches sentía miedo, y era como esa sensación de soledad. Definitivamente fue un momento complicado pero muy positivo pues poco a poco fui madurando y aprendiendo a disfrutar estar conmigo y con mis espacios. Me volví más ordenada y cocine algunas cosas bien originales.
Con mi propio espacio, también me dio tiempo para construir un sueño que tenía, una plataforma para ayudar a las fundaciones a tener más visibilidad, que los voluntarios puedan encontrar causas sociales fácilmente y aportar su granito de arena! Nuevamente, creo fielmente que la tecnología ayuda a mejorar el mundo.
No he contado la parte más especial de mi historia. Un día como cualquiera, comprando el carro con el que siempre soñé (Mi beetle, se llama Pepper) conocí al que hoy en día es mi esposo. Yo me encontraba separando el carro en ese concesionario y él llegó justamente también a comprar su carro. Gracias a ese carro que luego de 8 años todavía tengo (y unos cuantos golpes), conocí al amor de mi vida. Hollman es brillante, aventurero, espontáneo, divertido, honesto y muy decidido. Nuestra relación ha pasado por todas las etapas, como todas, con momentos de felicidad, tristeza, pero un sábado en plena pandemia y en una hermosa terraza, nos casamos. Hoy en día somos 5 en la familia: él, yo, nuestra perrita Ginger y nuestras dos gatas Agatha y Martina (Si, se la llevan bien). Nuestro hobbie favorito es viajar, conocer el mundo lo que más podamos pues es la mejor inversión en felicidad que uno puede hacer. También nos encantan los planes caseros como preparar cócteles, ver películas o jugar juegos de mesa.
Hoy en día tengo 33 años. Siempre que hablo con mi hermana, me dice lo mismo, “Laura nunca te quedas quieta”, es verdad, soy de esas personas que constantemente quiere estudiar algo nuevo, leer algo nuevo, salir a un nuevo plan, inventarme algo distinto, los fines de semana me pica levantarme temprano a mirar cómo aprovecharlo. Y en esa misma línea, hoy en día tengo un emprendimiento que me tiene más viva que nunca! se llama CirculoE (@circuloeco), es un hub para conectar emprendedores y enseñarles herramientas prácticas para transformar sus ideas. Constantemente pienso que quisiera tener muchas vidas y en cada una hacer diferentes cosas, aveces siento que es difícil escoger ser o hacer una sola cosa en la vida.
Tengo muchos sueños y no es una opción parar…Puede sonar cliché, pero fielmente creo que la vida es una oportunidad única que debemos aprovechar, que nuestro tiempo realmente es limitado, por eso no vale la pena perderlo en cosas que nos alejan de nuestro propósito o en cosas que nos hacen infelices. Creo también que las acciones hablan más que las palabras, para mi la coherencia es fundamental, uno no puede decir una cosa y hacer otra. Finalmente creo qué todos tenemos el poder de escoger lo que queremos ser, la capacidad de salirnos de nuestro contexto, no limitarnos y que tenemos también la responsabilidad de ser líderes en nuestra especialización, porque eso es lo que mueve al mundo.
Entonces si, soy Laura Arias, soy ingeniera de la generación Y, inconforme, autodidacta, multitasking, le huyo completamente a la rutina, me encanta viajar, lo único es que si me gusta el compromiso conmigo y mis sueños!