Hola querid@ amig@,
Llevo varias semanas en las que me falta la inspiración, te lo reconozco. Me siento a escribir, y en lo que normalmente puedo tardar media hora, porque todo lo que escribo me viene tal cual a la cabeza… ultimamente, tardo dos horas. Y porque ya me siento derecha y me digo a mi misma: “Vamos Ele, que tienes lectoras que esperan ver tu nuevo post la semana que viene, no puedes fallarles”. Y entonces, respiro hondo y me concentro como puedo y aunque no acabo del todo convencida con mi texto, es lo que me sale de dentro, y para bien o para mal, quiero ser siempre sincera y transparente contigo.
Hoy quiero dedicarte a ti este post, que no estás pasando una buena racha. Que ultimamente lo ves todo “negro” y que aunque sabes que todo tiene solución, la mente no te está ayudando mucho con esa búsqueda.
Estarás pensando qué fácil es para mi decirte esto, o dirigirme a ti con consejos, cuando mi vida es todo “color de rosa”, que soy una Mujer fuerte, que ha superado todos los obstáculos de vida que ha ido teniendo y que ahora está en su mejor momento…
Pues te diré querida amiga, que no. Que no soy tan fuerte como parezco, que tengo días en los que la debílidad me gana y me apetece meterme en la cama (aunque no puedo permitírmelo porque mis obligaciones y responsabilidades pueden por encima de todas las cosas, y siempre será así). Que yo también lloro, y últimamente más de lo normal. Y que aunque por aquí parezca que vivo en “los mundos de Yupi” con “mi familia los Brady”, “mis semanas de soltera”, y “mis fiestas de los 80” con mi sección de Elena Ramírez 360º, estoy pasando una etapa dura emocionalmente y que necesito aprender con ella nuevamente.
Como tú, también siento que a veces se me escapan las cosas a mi control (y soy una persona que necesito tener todo muy ordenado y planificado para mi tranquilidad diaria). Como haces tú, me vuelco en los demás, y a veces me abandono a mi misma. Y cuando soy yo la que está mal, me siento sola porque no me dejo ayudar… o porque algunas personas por las que yo me he desvivido no aparecen en los momentos malos. También me enamoro locamente para después poner los pies en la tierra de nuevo y darme cuenta que los “cuentos de hadas y princesas y príncipes azules” no existen.
También te digo, que cuando pasas por estas etapas, te das cuenta de con quién puedes contar y con quién no. Quién te quiere de verdad, o quién como un mero acompañante o por interés. Pero claro, todo esto sí tú eres sincera con tu gente y les cuentas qué te está pasando (porque si no lo cuentas, nadie sabrá que te pasa algo y nadie se ofrecerá a ayudarte). Yo esto lo he ido aprendiendo con el tiempo y con los “porrazos contra el muro” que me he ido dando yo misma. Ahora si sé con quién puedo hablar cuando tengo un problema, o me siento débil emocionalmente. Tengo a mis amig@s de toda la vida, que están y estarán aquí siempre, aunque no estén cerca, y ahora también tengo amig@s que aunque no sean de tantos años atrás, me han demostrado que puedo contar con ellos para cualquier cosa que necesite, y de vez en cuando, aunque hayan pasado meses sin hablar, “tocan a la puerta” con un “¿cómo estás, cómo va todo?.
Sí, los amig@s, esa parte tan importante de nuestras vidas que no nos viene “de serie” ni por la “sangre”, que simplemente se cruzan por nuestras vidas y los escogemos y nos escogen. Te recomiendo que los cuides y que les cuentes tu cosas, y les escuches con las suyas, porque con amig@s de verdad al lado, es más fácil sacar las fuerzas que llevamos dentro.
En este periodo en el que me está costando “mi nueva situación emocional”, no me he cerrado a contar lo que me pasa a estos amig@s. Esta vez no. Ya lo hice en el pasado y me quedé sola, realmente sola. Pero de todo se aprende, y cada situación “mala” nos enseña cosas buenas. Maneras de salir de esas situaciones de una manera menos dañina y sin sufrir tanto. Y yo aprendí que no puedo aislarme cuando me siento mal, o cuando me pasa algo que hace que mi “día a día” cambie por completo.
Te animo a que hagas lo mismo, que le cuentes tus “inquietudes” a esa amiga que tienes esperándote al otro lado del teléfono… o del whatsapp, o al otro lado de la calle, o de la ciudad. Queda con ella/él y pasa tiempo de calidad con ella. Desahógate y deja que ella también lo haga.. porque seguro que ella también tiene cosas que contar. Y junt@s haceros más fuertes.
Y si te sigues sintiendo sol@, me tienes a mi, y a nuestra Comunidad de Mujeres Cualquiera. Estoy deseando escucharte, o simplemente apoyarte en lo que necesites. Puedo asegurarte que tengo muchas compañeras de la Revista que están haciendo eso conmigo, y que en mis días malos, me llaman y me escuchan a través del teléfono y me cuentan ellas sus cosas. Al final, el objetivo de esta Comunidad es ayudarnos unas a otras, y sí, tu eres parte de la CMC. Contacta con nosotr@s y únete. Te estoy/te estamos esperando.
3 respuestas
¡Gracias Elena! Qué importante es tener a gente con la que compartir también los malos momentos. Un abrazo
Muchas gracias amiga, compañera. Yo eso ya lo aprendí hace tiempo y es importantísimo. Cuando tienes personas a tu lado, todo es más fácil y menos doloroso. Un besazo grande y gracias por tu comentario
Elena no se si te ha llegado mi comentario