El Dolor de la Separación

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14 de octubre de 2024

El Dolor Dulce de los Adioses Temporales

Hola querid@ amig@,

Hoy, desde mi “sillón de pensar”, las emociones fluyen más intensas que de costumbre. Quiero abrir mi corazón y hablar de algo que no solo me afecta profundamente, sino que sé que también resuena con muchas madres y padres que viven una realidad similar: la separación y el desafío de compartir el tiempo con nuestros hijos tras una ruptura.

Ya sabes que llevo ya mucho tiempo separada, y divorciada. Casi cinco años. Y desde que el más pequeño empezó el colegio, con custodia compartida, semana sí y semana no. Seguro que estás pensando que ya debería estar acostumbrada a esta rutina, y es cierto, lo estoy. Y estoy también agradecida al tiempo que tengo para mi, para poder centrarme en otras cosas que durante mi semana de peques no puedo, de poder sentirme mujer, y tener vida social. Pero desde hace unas semanas se me está haciendo más cuesta arriba, porque Oli, el amor de mi vida, con tan solo 5 añitos, me plantea cuestiones, sobre el tema, que me llegan al alma.

Cuando te conviertes en madre, no imaginas que habrá momentos en los que tendrás que decir adiós a tus pequeños, aunque sea temporalmente. Ellos son mi sol en días nublados, mis estrellas en las noches más oscuras. Sin embargo, cada semana alterna, mi corazón se parte cuando llega el momento de despedirlos, de dejar que pasen su semana con su padre.

Esta separación es una de las pruebas más duras que enfrento. No es solo el vacío de la casa, que resuena con la falta de sus risas y juegos, sino el vacío en mi pecho, sabiendo que están viviendo y creciendo en mi ausencia. Cada despedida, aunque sé que es temporal, lleva consigo un pequeño luto, porque cada momento que pasa es un momento que no volverá.

Para ellos, este ir y venir entre dos hogares no es solo una rutina; es un mundo dividido que deben aprender a navegar. A pesar de su corta edad, Ale y Oli han mostrado una resiliencia que me asombra y me inspira cada día. Pero sé que, en el fondo, ellos preferirían tener a ambos padres bajo el mismo techo. Intento hacerles entender que, aunque mamá y papá ya no viven juntos, nuestro amor por ellos nunca cambia, nunca mengua, y que somos una familia, aunque una familia distinta.

Pero como te contaba más arriba, mi pequeño lleva una temporada en la que no entiende bien y no hace más que pensar en ello, el por qué su padre y su madre ya no viven juntos. Lo curioso es que Oli, no ha llegado a tener recuerdos de cuando todos estábamos viviendo en la misma casa, ya que no tenía ni un añito, cuando nos separamos, por lo que sus experiencias de planes juntos, no deben ni existir.. Pero aún así, no para de preguntarme, y también a su padre, “por qué no podemos estar todos juntos” para poder disfrutar de papá y de mamá todos los días. Sinceramente, y entre tú y yo… se me cae el Alma a los pies. Así que trago saliva y le cuento lo muy diferentes que somos papá y mamá, que por esa razón no podemos vivir en la misma casa, aunque siempre termino recalcando que la única cosa en la que estamos de acuerdo es en lo mucho que les queremos a ellos, y que ellos son lo más importante que tenemos en nuestras vidas.

Ahora, el mayor desafío para nosotros, como padres separados, es mantener una relación cordial y colaborativa. No es fácil, y cuando se es tan diferente…menos. Requiere una madurez y una comprensión constantes. Mi ex y yo trabajamos incansablemente para asegurarnos de que nuestras diferencias no nublen la alegría de nuestros hijos. Esto significa coordinar, comunicarse más de lo que uno podría esperar, y a veces, poner nuestras propias emociones a un lado por el bienestar de ellos.

Y una parte esencial de este proceso es la coherencia en la educación. Mantener una línea educativa similar, a pesar de nuestras diferencias como individuos, es clave para darles a los niños un sentido de estabilidad y seguridad. No es sencillo cuando dos personas tienen visiones distintas sobre la crianza, pero es esencial intentarlo, por el bien de esos pequeños corazones que confían en nosotros para guiarlos.

Reflexionando sobre esta situación, me he dado cuenta de la profunda verdad que encierra el acto de criar juntos, aunque estemos separados. Es un acto de amor, un acto de sacrificio y, a veces, un acto de heroísmo personal. Mi amor por mis hijos me impulsa a superar cada obstáculo, a construir puentes sobre las diferencias, y a enseñarles, con el ejemplo, que incluso en las situaciones más difíciles, podemos encontrar una manera de mostrar amor y respeto.

En medio de esta montaña rusa emocional, encuentro consuelo en saber que no estoy sola. Tengo muchas amig@s que están pasando por lo mismo, y para ninguno es un camino de rosas, si no todo lo contrario. Tú, querid@ amig@, que quizás estás pasando por lo mismo, entiendes el dolor y la belleza entrelazados en este desafío. Junt@s, podemos apoyarnos y recordar que, aunque el camino sea difícil, la recompensa de ver a nuestros hijos crecer en amor y seguridad vale cada esfuerzo.

Hasta la próxima semana, mantén la esperanza y sigue creyendo en el poder del amor incondicional.

Con todo mi cariño,

Elena Ramirez
Las opiniones o ideas vertidas en esta publicación son responsabilidad exclusiva de su autor. No pretenden reflejar las opiniones o ideario de Autorretrato de Una Mujer Cualquiera o de la Comunidad de Mujeres Cualquiera (CMC). Antes de seguir cualquier consejo o indicación que pudiera mostrarse en esta publicación, consulta con un profesional del sector.

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Elena Ramirez

ElenaRamirez

Hola soy Elena, una Mujer Cualquiera

Mujer emprendedora y empresaria, madre de los dos amores de mi vida, deportista, amante de los animales y escritora y bloguera en mis tiempos libres. Dedicada al Mundo Digital en la última década, he fundado tres agencias de marketing online, la más reciente es www.bebluee.com

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4 respuestas

  1. Mi dulce Elena, has abierto tu alma entre estas palabras, tienes las ideas muy claras y las dudas también; piensas en tus hijos, en tus tesoros y sé que echas de menos hasta el aire que respiran, pero tienes que estar muy orgullosa, como yo lo estoy ahora mismo de ti, como lo estarán tus hijos cuando tengan la edad suficiente para comprender la grandeza de la madre que tienen.
    Sabes que me gusta mucho tu estilo de escritura, es fresco, tiene vida, pero hoy te has volcado de tal manera en lo que querías decir, que estoy segura que te ha salido de una, sin pensar en las palabras que tenías que poner, tus sentimientos se te han volcado en la boca y los has soltado tal y como te corrían por debajo de la piel. Gracias Elena, gracias por dejarnos compartir esa dulzura fuerte con la que te enfrentas a tus problemas, a tus dudas, a tus inquietudes. Si la palabra Madre tuviera rostro, sería muy parecido al tuyo. Te quiero.

  2. Querida Pepi, mi amiga, mi compañera, mi maestra. Orgullosa estoy yo de tenerte aquí, compartiendo tu alma, tu arte, tus letras, con tod@s nosotr@s. Sí, la verdad es que este texto me salió de muy adentro. Sin pensar, solo movía mis manos para volcar lo que siento en lo más profundo de mi corazón, que es un amor único e incondicional por las dos personitas que dan sentido a mi vida cada día.
    Sé que me entiendes, y que toda madre que haya leído este post, lo hace también. Desde el día que nuestros cuerpos comienzan a sentir la nueva vida… nuestra concepción, creencias, esencias, valores, prioridades, y un millón de etcéteras, cambia por completo. Y a veces es duro, y sacrificado, pero vale la pena todo por ver a tus hijos crecer felices.
    Gracias por tus palabras que me llenan de orgullo y satisfacción… y por favor, sigue compartiendo con esta humilde Comunidad de Mujeres y Hombres Cualquiera tus dones. Te quiero amiga

    1. Gracias Carol!!!!! Eso quiero pensar y aunque para mi siga siendo duro separarme de ellos en esas semanas, sé que están bien y que son felices, da igual si están en casa de mamá o en casa de su papá. Así que, con eso me quedo. Muchas gracias por tus palabras querida amiga! Un besazo

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