Hay más opciones de ocio, querida lectora, después de los belenes y la iluminación de Navidad. Mis pasos me han llevado, en el mismo día, a dos muestras de pintoras: Maestras, en el Museo Thyssen, por la mañana, y la exposición individual de Carmen López Rey, en Santana Art Gallery, por la tarde.
Sobre la primera exposición se ha escrito mucho en la prensa. Las piezas mostradas provienen de artistas excepcionales a las que no se les ha dado suficiente reconocimiento a lo largo de la Historia del Arte. En general, los libros y la crítica de arte los han escrito varones, quienes han marcado el gusto y la sensibilidad artística oficial. Por estas razones los museos del mundo occidental apenas han dado paso a pintoras en sus salas. Las artistas han tenido que luchar desde el s. XVI contra los prejuicios de la doble inferioridad social, por ser mujer y por ser pintoras.
La exposición de Carmen López Rey, en cambio, es una alegoría del mundo actual y de la vida contemporánea.
Sarah Bernhardt (1844-1923)/Meryl Streep (1949)
Óleo sobre tabla, 200X 120 cm
Los retratos que pinta esta artista son símbolos de la Mujer de hoy. Son dípticos de grandes dimensiones en donde el protagonismo lo tienen señoras que han destacado en diversas facetas y en distintas épocas históricas. La pintora se centra en los rostros, bien definidos e identificables, de actrices, escritoras, reinas, pintoras, banqueras, científicas o cantantes. Todas ellas han destacado por su independencia personal, su valentía y la influencia que han ejercido (o siguen ejerciendo) sobre otras muchas Mujeres. De forma creativa, los retratos se comparan por parejas y se tornan símbolos del talento femenino.
No son mártires ni santas penitentes. Tampoco muestran sus dramas ni sus hazañas. Son caras de Mujeres que saben quiénes son y lo que han aportado a la sociedad. La artista se ha tomado su tiempo para pensar cómo llegar hasta la finalidad de sus vidas, que se reconoce por su trabajo. Su mérito es la fuerza interior. El formato grande de estos cuadros hace que se impongan con carácter al espectador. Carmen López Rey juega con el guiño de representar a la dama más antigua en blanco y negro mientras que la señora moderna aparece en color. En la sala de exposición nos sumergimos en los temas de hoy en día que nos preocupan a nosotras, y ahí tenemos a Mujeres trabajadoras, emotivas o populares. La maternidad tiene especial importancia y por eso la abuela y la madre de la pintora también tienen su retrato-homenaje. Vemos, por ejemplo, a la Callas y a Amy Winehouse con sus rabillos del ojo marcadísimos, a las faraonas Lola Flores y Rosalía con sus caracolillos en el pelo, y a Nefertiti y la reina Isabel II con sus coronas reales. Pero ante todo vemos a personas de carne y hueso, que hemos sentido cerca en algún momento y que nos han tocado el alma de algún modo.
Lo bueno de pintar temas del presente es que se reflexiona sobre cosas y personas tan reales como tú y yo, querida lectora. Mujeres Cualquiera con nuestro hueco en el mundo.
Un comentario
Matilde, me ha emocionado leer el análisis que has hecho sobre mi obra.
Un millón de gracias.