Durante las pasadas Navidades ya te hablé, querida lectora, del fabuloso Nacimiento de estilo napolitano que se exhibe en el Palacio Real de Madrid, de manera que este año voy a cambiar el tema de mi paseo.
En esta ocasión te voy a llevar a lugares idóneos para leer y estar a solas con nosotras mismas en este periodo navideño que tan ajetreado es siempre. Porque se produce una especie de alteración del orden cuando se acerca la Navidad. El periodo de Adviento asoma en el calendario trayendo consigo una agenda en donde vamos apuntando planes para hacer durante las fiestas. Los niños tienen vacaciones escolares y hay que entretenerlos porque dentro de la casa no paran, hay programada alguna salida con amigas y no faltan las cenas o tardeos con compañeros de trabajo, además de la decoración de la mesa, la lista de la compra anticipada para que no nos asalte el presupuesto de los menús, y los obligatorios regalos que pensamos mucho para quedar bien. Casi todo lo hacemos por compromiso y para los otros, por eso propongo el atrevimiento de frenar el ritmo y mirarnos a nosotras mismas un poquito. Es difícil, pero es imprescindible conseguir algo de calma. La opción que incluye sauna relajante, masaje de piernas y tratamiento de manicura, la dejo para más adelante.
Yo te propongo algo más sencillo: escabullirte a rincones tranquilos dentro de la gran ciudad. Uno de ellos es el Café de la Luz. Está muy cerca de la Gran Vía, en Puebla 8, una callecita por detrás de uno de los mayores centros comerciales repleto de gente en estas fechas. Es un remanso de paz. Está ambientado con muebles de estilo retro, butacas orejeras y luz tenue donde tomar una infusión o un cóctel si te apetece. El Café Comercial tiene en su historia ser uno de los más antiguos de Madrid. Se abrió en 1887 y, a pesar de haber sufrido la amenaza de desaparición, fue remodelado guardando el aire antiguo y sobrevive con un ambiente perfecto para una comida tranquila o una merienda sin prisas. Sus veladores de mármol recuerdan a los del Café Gijón, lugar de encuentro literario por excelencia. Este lugar era el escenario de las tertulias de personajes como Ramón y Cajal, Pérez Galdós, Valle Inclán, Camilo José Cela y otros muchos. Es fácil hoy en día ver tomando café a gentes populares, actores y escritores asiduos. Puedes sentarte a tomar café y a contemplar la farándula, que siempre es interesante cuando se observa de lejos.
Caminando hacia Cibeles y el Prado, no demasiado lejos, recomiendo otro café con encanto, Sucre Salón de té. Es otro local apartado del mundanal ruido, en el entorno del Museo del Prado, completamente fuera de los circuitos comerciales y, por lo tanto, lleno de paz. Tiene espacio suficiente, sofás cómodos, tartas y ensaladas riquísimas y, lo más importante, estanterías con libros de donde puedes coger el ejemplar que gustes para leer un rato.
Si te parece que estos planes son excesivamente relajados, y prefieres algo con más animación, entonces tienes que acercarte al Café Central, otro local amigable, de ambiente desenfadado con una de las programaciones de jazz en vivo más interesantes de la ciudad. Sus conciertos en directo merecen la pena para salir de la rutina navideña y tomarnos algo rodeadas de música.
Hay mucha oferta, estos son solo algunos ejemplos, pero ya no puedes decir que no sabes cómo relajarte ante la vorágine familiar navideña. Qué lo disfrutes.