Y de repente apareció él,
en el momento menos oportuno,
pisando fuerte como ninguno,
y dándose a conocer.
Ojos sinceros, mirada felina,
atractivo y divertido
con una sonrisa divina
y de carácter introvertido.
¿Qué más puedo pedir?
Que sea bueno y me haga feliz
que no cambie nunca
ni me deje de hacer sonreir.
Mientras mi mente soñaba,
mi alma pensaba.
¿Es hora de abrir esa puerta
que desde hace tiempo
permanece cerrada?
Aún con la herida
en mi corazón
pero con una chispa
de cariño e ilusión,
voy pensar en mí,
para salir del Bucle
Y volver a VIVIR