La vida de Engracia Fernández González: “Graci”
Grací nació el 24 de enero de 1931, en Las Salas, un pueblo en la montaña de León, que hoy en día cuenta con unas 20 personas que viven durante el año, por aquella época vivirían unas 100 personas. Se trata de un pueblo en el que no hay comercios, en la actualidad cuenta con un bar regentado por su hija pequeña. Carece de restaurantes, tiendas, panadería, etc. Aquí pasa el panadero en una furgoneta, toca el claxon y quien quiera comprar sale, se paga en mano o se fía y ya está, y así con el frutero, pescadero… Nació en su casa, en aquella época era impensable hacerlo en otro sitio, siendo ella es la pequeña de 13 hermanos.
De sus hermanos una de ellas se murió con 16 años y otro se murió en un accidente de camión mientras trabajaba. Su madre falleció cuando Graci tenía 10 años por lo que pasó a hacerse cargo de la casa su segunda hermana mayor (Ción) ya que la mayor estaba en Madrid de criada en una casa en la que trabajó desde que tenía 10 años. Ción no pudo casarse porque tenía que hacerse cargo de la casa y al ser la única mujer mayor, no concebía ni dejar la casa ni traer a otro hombre a la suya.
Cuando llegó la guerra, cinco de ellos tuvieron que ir al frente a luchar y afortunadamente, volvieron los 5. Cuando volvieron, todos trabajaban en la agricultura, ganadería y la mina. Con lo que ganaban les llegaba para comer a duras penas.
A Graci le gustaba mucho estudiar y se le daba muy bien, pero en su pueblo solo se daba la enseñanza primaria, para el resto tenían que mandarla a León (a más de una hora en autobús). En la escuela era una clase de más de 40 niños de todas las edades, no había separación de cursos. Cuando llegó al último curso como su familia no podía permitirse mandarla a León, el profesor convenció a su familia para que siguiese otro año en la escuela para ver si al año siguiente pudiera ir a León a seguir estudiando. Durante este último curso, como no cabía, el profesor la dejó sentada en su mesa. Finalmente, acabó el curso y no pudo ir a León debido a la economía familiar por lo que se dedicó a cuidar parte del ganado (ovejas y vacas principalmente).
Cuando murió su padre (Graci con 20 años aproximadamente), volvió su hermana mayor y entre las tres se hacían cargo de la casa y sus hermanos, además de trabajar en el campo. Llegado a este punto, Graci que tenía novio, quería llevar otra vida, casarse y poder irse a otra casa, cosa que no podía hacer en el pueblo así que tras pensar que podía hacer, le daba vergüenza porque sentía que era si se iba dejaría mucho trabajo a sus hermanas, pero tras meditarlo, lo comentó en su casa y sus hermanas se alegraron mucho y no pusieron pega alguna.
Decidió irse a León a aprender peluquería ya que le gustaba mucho y ya peinaba a gente en el pueblo. Buscó una academia y se fue a primeros de diciembre. A los 3 meses, de irse a León ya había vuelto a Riaño (pueblo a 12 km de Las Salas) y montó su peluquería con mucho miedo porque de aquella época ninguna mujer tenía un negocio propio además de la inseguridad porque sentía que no tenía muchos conocimientos para tener un negocio. El local que alquiló, al estar lejos de casa, unas veces se quedaba en casa de un hermano que vivía allí, otras veces subía y bajaba en bicicleta (son 12 km de cuestas y las bicis de antaño no tenían cambios).
La peluquería la tuvo durante unos 25 años, durante los cuales abría por la mañana y no tenía horario de cierre, lo mismo le venían señoras durante el fin de semana que a las 23.00 horas y las atendía igual. Años en los que, por palabras suyas, “tenía horas de entrar, no de salir, las pasé muy estrechas”. Durante esos años además de casarse, tuvo 3 hijos y sacó el carnet de conducir con 40 años cuando tampoco se lo sacaba ninguna mujer. Ella tenía necesidad de sacarse el carnet ya que a su marido le daban ataques epilépticos y les daba miedo que le pasara algún día conduciendo. Ella no había visto nunca un coche por dentro, solo había visto un volante en “el coche línea” (autobús). Para poder hacer las prácticas, tuvo que juntarse con otros cuatro hombres que se lo sacaban para comprar un coche con el que practicar. Este coche estaba en un estado lamentable pero no tenían para más, cuando llovía, que no eran pocas veces, el coche se llenaba de agua. No recuerda que fue del coche cuando aprobó. Iba a hacer las prácticas con su hija mayor sentada en el coche en la parte trasera ya que no tenía con quien dejarla y no sin sufrimiento, lo tuvo que intentar unas 7 veces con ganas de dejarlo muchas veces, pero su marido le decía que “nadie en este mundo que lo haya intentado ha quedado sin sacarse el carnet, tarde o temprano lo sacan”, así que volvió a intentarlo y finalmente lo consiguió. Estuvo conduciendo hasta los 85 años porque decía que ya no le hacía falta.
La peluquería tuvo que cerrarla en el año 87 ya que, durante la dictadura franquista, hicieron un pantano en Riaño, con el que desaparecieron otros 8 pueblos más, les indemnizaron y compraron un piso en León en un barrio en el que hicieron prácticamente para gente afectada por el pantano. Allí, una vez instalados en León, siguió peinando a los vecinos de su antiguo pueblo y otra gente que venía a su casa para que lo hiciera.
Uno de los episodios que más recuerda de su adolescencia es cuando ella tenía 14 años, tiempos de la posguerra en los que en esta zona se pasó especialmente mal porque hubo escasez de todo. Varias veces, dada la necesidad de comer, tenían que ir de noche por el monte en un carro tirado por vacas a una distancia de 25 km, la gente llevaba dinero, madera o algún bien que pudieran cambiar por trigo para hacer pan. Tenían que ir de noche porque era delito en aquellos tiempos, tiempos en los que no solo podían ser detenidos, sino que además de quitarte los bienes dependía de que Guardia Civil te arrestase, llevaban un castigo mayor… En uno de los viajes, tuvieron un accidente al salirse el carro a la cuneta y no pudieron sacarlo, el accidente fue justo al lado del cuartel, tuvieron que venir otros amigos con unas vacas para intentar sacar el carro a las 4 de la mañana haciendo muchísimo ruido, pasaron mucho miedo porque no les quedaba comida en casa, en el viaje anterior les habían quitado ya el trigo y afortunadamente no salieron ese día los guardias, seguramente porque no quisieron ya que dice Graci, que era imposible que no les escuchasen y fue ella la que tuvo que quedarse con su hermano pequeño allí durante horas con el carro caído y los animales esperando refuerzos, por supuesto, nada de teléfonos por aquellos tiempos.
Otra de las cosas que recuerda de su infancia es que pasó toda su juventud de negro. Al morir su madre, cuando Graci tenía 10 años, la pusieron de luto. Al principio lo llevaba bien pero el luto duró más de 3 años y no quería seguir vistiendo así. Un día le dejaron ponerse una chaqueta azul y estaba contentísima pero justo se murió un tío suyo y volvieron a obligarle a vestir de negro, por eso hoy dice que no quiere nada de negro, lo odia, solo quiere ropa con muchos colores.
Dice que no podemos entender la diferencia del mundo en el que fue criada a los que vemos hoy en día. En las conversaciones se siente muy perdida porque no hacemos que decir que si el “guasa”, el “fasbuk”, el “wifi” y mil palabras que a ella le suenan todas iguales y no entiende. Recuerdo la primera llamada por Skype que hicimos con ella, mis padres se fueron a vivir a Perú, yo vivía en Madrid (su nieto) y mi hermana llamó estando con mi abuela en una llamada grupal. Mi abuela esperaba que fuese una llamada normal, pero al vernos las caras se echó a llorar, no entendía que estaba pasando y se preguntaba que quién pagaba eso y como podía ser, que si era en directo preguntaba. Al decirle que claro que era en directo y que, además, era gratis, no entendía nada. Volvió a preguntar “pero entonces, ¿esto quien lo paga?”.
Con la tecnología ha sido de las pocas cosas en la vida en la que he visto que ha decidido no aprender, no le gusta, no lo entiende y le da igual. Ha sido una mujer pionera en todos los sentidos en su vida, desde muy joven al decidir querer cambiar su destino aprendiendo otro oficio, salir de su pueblo para montar un negocio, aprender a conducir en un mundo en el que la mujer no lo hacía, y sobre todo en su mentalidad, siempre se ha cuestionado el por qué de las cosas. Ya de joven, tras haberse pasado ella y sus hermanos todo el día trabajando en el campo, llegaron exhaustos todos y nada más llegar y descalzarse, los hombres se sentaron a descansar mientras que ella y sus hermanas tenían que seguir cocinando, preparar la mesa, etc. Y ella no se callaba, les decía que no, que eso no era de mujeres, que ella estaba igual de cansada así que, a ayudar todo el mundo.
Tampoco deja de sorprenderse, como nos sucede algo a la familia, lo ponemos en el grupo de whatsapp que tenemos y cuando nos llamamos y nos va a contar algo que acaba de pasar y le decimos que ya hemos visto la foto, siempre nos dice que eso es el demonio, que como puede ir todo tan rápido.
Su familia actual la componemos sus tres hijos, 2 nietos y su yerno.
Le he preguntado que si tiene algún sueño que cumplir y me dice que sueños no le quedan ninguno por cumplir, está muy bien, este año a los Reyes no le pidió que le trajesen nada, solo les pidió que no la lleven a ella, que tiene muchas ganas de vivir, seguir viendo cosas, la vida es muy bonita y más suerte no pudo tener. Va a cumplir este mes 92 años, sin embargo, dice que le quedan muchas cosas y cambios por ver, que tiene muchas ganas y que no tiene prisa ninguna por irse.
Yo a los Reyes solo les pido que hagan caso a mi abuela.
4 respuestas
Graci : tu si que eres una verdadera superviviente una verdadera heroina. Y la cronista de la España profunda del último siglo ,ánimo que te queda mucha vida por delante….
Graci: Una mujer hecha así misma, con una vida muy dura, que era lo que acompañaba en aquellos tiempos para las familias con pocos posibles, pero la unión familiar les hacia fuertes para seguir adelante por encima de todo, la gran ventaja de Garci, es la familia que tenia y que tiene, una familia muy unida, admirada y referente de todos, es una mujer muy GRANDE.
Un placer, Fernando, haber podido contar aquí su Historia, y esperamos que muy pronto, si ella quiere, podamos hacerle una entrevista en video, para que sea ella misma sea la que cuente las anécdotas de su vida que más le han marcado y con más alegría recuerda. Un besazo para toda esa familia tan grande y unida que tenéis. Elena Ramírez
Felicidades por tu pagina, se lo propondremos a ver que dice. Fernando