El cruce,
perdido en mitad de la insolencia, separa los caminos.
Los pasos vengativos,
poco firmes,
se alejan distraídos.
Las almas vuelan solas,
distantes a miles de kilómetros por encima de las nubes sucias, grises, negras.
Adioses sin conciencia de la palabra adiós,
repletos de motivos,
cargados de verdades,
vacíos de sentimientos,
Tan solo adioses.