Hola querid@ lector@
Una semana más, me siento en mi “sillón de pensar” para escribirte y abrirte mi corazón.
Si has estado siguiendo mi sección, sabrás que estoy pasando por meses complicados, donde la inspiración no me está ayudando a encontrar, como de costumbre, y con la facilidad de siempre, las palabras adecuadas para llegar a ti.
Pero la sinceridad, y la transparencia, a veces son más claras, que “mil párrafos” sin sentido y para adornar. Y “sinceramente” este espacio entre tu y yo, no deja sitio ni al postureo, ni a los filtros. Está diseñado para que los sentimiento que vienen de lo más profundo, salgan en forma de letras, sin filtro ninguno, más que el ortográfico.
Quiero contarte que en las últimas semanas me estoy encontrando mucho mejor. Mejor de salud, ya que me he tomado muy en serio comer mucho más y no saltarme ninguna comida. Estos primeros meses del año estaba tan estresada que ni me paraba a pensar si había o no comido, y mi peso, que ya de por si es bajo (bicho palo) bajó a unos mínimos que no deberían permitirse. Desde Semana Santa hasta aquí, he cogido ya más de 4 kilos, y aunque no se nota mucho por fuera, por dentro si lo noto, y estoy super orgullosa y feliz de haberme tomado este tema muy en serio.
Además, he retomado el deporte, y esta vez, cada día. Hago ejercicios y pesas cada mañana, en cuanto tengo un hueco libre. Me he montado mi propio mini Gym en mi salón, y los resultados ya los estoy notando. Mis músculos tienen memoria y en cuanto me pongo, lo agradecen. El Pádel ha vuelto a entrar en mi vida. Ahora estoy apuntada a una aplicación donde puedo meterme en partidos abiertos, y jugar con aficionados a este deporte, ¡una Maravilla!. Ya he jugado un par de partidos y me lo he pasado fenomenal.
Todos estos nuevos hábitos saludables en mi vida, hacen que mi sentido del humor haya vuelto a la normalidad. Vuelvo a ser la Ele divertida y chistosa de hace tiempo, y la persona más paciente y positiva del Universo, jejeje. O eso vuelvo a sentir yo.
Económicamente sigo luchando por sobrevivir, pero ya no me veo en ese agujero que me veía hace meses, ahora veo la salida más cerca. Y la vida la vuelvo a ver de colores, y no en grises apagados y sin gracia ninguna.
Es curioso como un cúmulo de circunstancias negativas en un momento delicado de nuestras vidas, puede hacer que nuestros peores miedos salgan a la luz, y nuestras heridas más profundas vuelvan a sangrar. Pero lo cierto es que de estas circunstancias sólo nos queda “aprender” y sacar lo positivo de cada una de ellas, y es el tiempo, el que nos ayuda realmente a pasar página o a cerrar el ciclo.
Yo me encuentro en este punto ahora mismo, donde estoy cerrando un Ciclo de mi vida, con el aprendizaje correspondiente y saliendo más fuerte de ello. Como ya he hecho en muchísimas ocasiones. Y aunque llevo meses intentando hacer este “final de ciclo”, ha sido el tiempo el que me ha estado guiando y dándome las pautas y señales. Y ahora es el tiempo el que me dice que sí, que ya estoy preparada para “cambiar de ciclo” porque he aprendido todo lo que debía aprender del anterior.
Ahora ya, respirando tranquila, con cero ansiedad, y con mi sonrisa característica en la cara, puedo decirte, amig@, que de todo salimos, y que solo hay que creer en un@ mism@ y tener paciencia, porque el tiempo nos ayudará a sanar.
¡Hasta la semana que viene!
Un besito amig@