¿Alguna vez has pensado porque tiene que sucederme esto a mi? ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Seguro que sí. Hoy tenía pensado hablaros de otro tema, sin embargo, ayer tuve esos pensamientos y sentí que para ser honesta con todos los lectores, debía traer esta situación que estoy viviendo. Nunca nada es casual, y aquí estoy, en el hospital, escribiendo este blog. Pero……. empecemos por el principio.

Estamos en la sala de urgencias del hospital, mi hija tiene tos desde hace semanas, y se le ha inflamado muchísimo un ganglio en el pecho y cuello. Le hacen pruebas, placas y analíticas, y nos llama la doctora. Y cuando te dicen que “siento no tener buenas noticias”, que “hay que dejarla ingresada, porque parece que es un linfoma o timoma”, tus oídos no quieren oír lo que estás oyendo, y quieres que esa película no vaya contigo.

Si os ha pasado alguna vez algo así, me entenderéis. Sin embargo, lo que quiero es compartir con vosotros mi experiencia para que veáis cómo gestionar nuestros pensamientos, y cómo, incluso ante una noticia aterradora, el crecimiento personal nos ayuda a llevarlo y gestionarlo.

La semana pasada os comenté, que cuando algo no te gusta, si está en tu mano cambiarlo, hazlo, y si no, gestiona tus pensamientos para que eso no te afecte y acéptalo. Pues vamos a ello:

Primero: Imagínate una situación de estrés por la que hayas pasado. El estrés no tiene porque ser de grado 10. Quizás con un grado 3, 4, algo que te haya hecho perder tu paz interior. En mi caso, ya la tenéis. Ahora os propongo un ejercicio para ir entrenando la mente. Coged un papel y un boli, y escribir la fecha, el lugar, lo que estás haciendo, qué sientes en el cuerpo físico, qué reacción tiene tu cuerpo y, por último, qué estás pensando. Te recomiendo que lo escribas porque así lo liberas de tu mente y podremos empezar a trabajar sobre ello. Respecto a los pensamientos, cuantos más escribas, más información tendremos para darnos cuenta de cómo la mente nos juega malas pasadas. En mi ejemplo, mi mayor estrés fue en el coche, sola, conduciendo, estaba llorando, sentía rabia, y pensaba que porque le tenía que tocar a mi hija, que ella es maravillosa, es joven, y que ojalá me tocara a mi en lugar de a ella; cáncer, cáncer me repetía una y otra vez; también me sentía sola, al no tener una pareja con la que poder compartir esta situación. Sola, me repetía en mi mente.

Segundo: cuando el momento de estrés haya pasado, si queremos empezar a ir al gimnasio y ejercitar este musculito que es el cerebro, nos toca trabajar lo que hemos escrito, con el objeto de cambiar la percepción y transformar los pensamientos. Este ejercicio lo empecé a practicar por primera vez en 2006, y sé que puede dar pereza escribir, y guardar esas fichas. Sin embargo, el entrenamiento es esto: practicar, practicar, y practicar. Lo que cuesta y lo que duele, es porque ahí es donde hay que mirar, incidir y poner el foco. A mi ya no me hace falta hoja de papel, y si yo lo he logrado, vosotros también podéis. ¿Vamos a ello? En este paso de autoanálisis hay que intentar poner distancia de la situación y ver lo que hemos escrito como si fuera algo de otra persona. ¿Empezamos con un poco de objetividad y sinceridad? Vamos a tomar la hoja donde escribimos, y al lado de los pensamientos que tuvimos, vamos a transformarlos y a cuestionarnos, si realmente son ciertos, o si pecan de absolutistas, generalistas, falsos, victimistas, etc etc. Os continúo con mi ejemplo personal:

 “Ojalá me tocara a mi en lugar de a ella” → ella no tendría la entereza para soportar que yo cayera enferma. Le ha tocado a ella porque así yo puedo apoyarla y darle ánimos y esperanzas, y cuidarla. Soy yo la que hoy estoy en condiciones de poder ayudarla, y al contrario sería peor para ella.

“Cáncer, cáncer, es cáncer” ⟶ sí, es cáncer, sin embargo, aún no hay una biopsia, y, a expensas de ella, todo parece que sería un linfoma de Hodgkin, que es el que tiene una esperanza de curación de las más altas. Así que mejor esta enfermedad, y dar gracias, porque no es otra …… que las hay peores.

“Me siento sola, porque no tengo nadie con quien compartirlo” ⟶ ¿Sola? ¡¡¡Si te han llamado y hablado más de veinte personas, casi todos amigos íntimos!!!! Belem, no tienes pareja, pero ¿a quien le hace falta, teniendo tantos y tan buenos amigos?

Como veis, se trata de esos pensamientos que vemos como nubarrones negros, negrísimos, escribirlos, y luego darles la vuelta. Y si vuelven a aparecer, seguimos y repetimos el método.

Situación de estrés, block de notas, escribimos y luego transformamos lo que hemos escrito para cambiar la percepción. Lo hacemos una y otra vez, hasta que salgamos del bucle de nubarrones. Si, ya sé que ahora me diréis, ¿Y si no consigo salir del bucle???? Bueno amigas, esto será ya objeto del siguiente blog. ¿Te apetece saber cómo salir de un pensamiento repetitivo?. Sígueme el próximo viernes, y no te olvides de comentarme lo que quieras, o enviarme email a [email protected]