Con Jazz de Fondo: Día 3
Sí, Me Quiero
Querida amiga y Mujer Cualquiera;
Como diría Oscar Wilde, “amarse a uno mismo es el principio de un romance que dura toda la vida”. Pero que tarde encontramos el amor algunas, ¿verdad?
El siglo XXI, dicen, es el tiempo de las Mujeres. Madres pluriempleadas, Mujeres emprendedoras, directoras, presidentas, jefas de departamento, autoras de renombre y artistas galardonadas han empezado a ver, más allá de las paredes de su casa, el talento reconocido. Hemos avanzado mucho en eso de ocupar puestos importantes, de responsabilidad y en tener un lugar en el mundo, al margen de lo que encontrábamos en nuestra humilde morada. La sociedad, las costumbres y la política no nos lo han puesto nada fácil. Sin embargo, creo que las que más trabas nos hemos puesto en esto de valorarnos, querernos y cuidarnos, hemos sido nosotras mismas.
Pertenecemos a una generación de mujeres que hemos sido educadas para amar y custodiar a nuestras familias; para hacer el bien a los demás; para dar mucho y recibir poco. Para conformarnos. El influjo de nuestras madres, abuelas, tías, sigue estando latente en las que pasamos de los 30, y ese poso, el de ponernos siempre en último lugar, nos está pasando factura.
¿Cuántas hemos pensado en apuntarnos al gimnasio y lo hemos dejado para una época mejor? Cuando los niños sean mayores; cuando deje de pagar extraescolares; cuando no tenga trabajo extra que llevarme a casa…
¿Cuántas veces hemos declinado una tarde con amigas por tener algo que hacer en casa? Llamemos algo a poner lavadoras, recoger la cocina o planchar.
¿Cuánto nos pesa ese “tengo que” constante que llevamos a la espalda? Mucho. Muchísimo.
Desgraciadamente, cuando la vida muestra sus cartas es cuando empezamos a actuar. En la mayoría de los casos, aprendemos a querernos y valorarnos tras superar o pasar como buenamente podemos una situación dolorosa, traumática y a la vez reveladora, que nos hace poner los pies en la tierra y centrarnos en lo importante. Resiliencia.
Amarse a uno mismo no es un acto de egoísmo, en absoluto. Cuando nos sentimos realizadas, dedicamos tiempo a nuestros hobbies, aficiones, o compartimos tiempo con amigas, fuera de presiones, cargas familiares y profesionales, somos más felices. Nuestro cerebro segrega dopamina, serotonina y oxitocina, todos ellos neurotransmisores que, aparte de generar en nuestro cuerpo un bienestar general, hace que percibamos la realidad de otra manera. La subjetividad, en muchos de los acontecimientos que vivimos, pasa por el estado de ánimo en el que nos encontramos. Por tanto, si hemos hecho ese proceso de querernos un poco y de auto cuidarnos, seremos capaces de enfrentarnos a las complicaciones del día a día de una forma más optimista o, por lo menos, con una actitud más abierta. Si, por el contrario, seguimos estancadas en el deber, reprochando al mundo la falta de tiempo para nosotras misma, la carga familiar autoimpuesta y el peso de la maternidad, veremos la vida como un cúmulo de obligaciones con nos absorben, nos nublan e incapacitan para ser realmente felices.
No quiero decir con esto que a partir de ahora todo sea happy y que vayamos con la sonrisa por bandera. El amarse a uno mismo supone, también, permitirse estar mal, con el convencimiento de que ese autoconocimiento nos va a ayudar a levantarnos de la mejor manera posible.
Ríe, llora, vete de juerga con las amigas, apúntate a pilates, a yoga o lo que te apetezca. Haz lo que te nazca para sentirte feliz. Verás la vida de “mejor guay” y se la harás ver a los demás.
“Solo el que es feliz puede repartir felicidad”. Paulo Coelho
Con cariño,
Gloria Rocas
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Me llamo Gloria Rocas y tengo 36 años. Soy Maestra de educación infantil y vivo en Salamanca desde que inicié la universidad. Mamá de una niña y un niño, y amante de las cosas sencillas.
Me considero una lectora voraz y desde 2019 un intento de Escritora. Tengo dos libros publicados, “Recuerdos Encestados” y “El secreto de Rachel Wyre”, ambas muy dispares en su temática, ya que escribo lo que me nace y no descarto ningún género para darle rienda suelta a mi imaginación.
Mi sección: “Con Jazz de Fondo” pretende ser un “cajón de sastre”, donde todo cabe, poniendo especial interés en los temas que más me gustan que son la educación, la crianza, la literatura y las experiencias de vida.
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Quién soy yo Querida lectora y mujer cualquiera, Bienvenida a mi sección “Con jazz de fondo”. Este primer post pretende
Con Jazz de Fondo: Día 2
De Nietas y Leonas Querida Mujer Cualquiera, Hablemos hoy de infancia, recuerdos y maternidad Esta semana he soñado con mi
Con Jazz de Fondo: Día 4
A veces Querida Mujer Cualquiera, Ahora que nadie nos oye, tengo que haceros una pequeña y rara confesión. Igual alguna
totalmente en sintonia….. nos pesa a veces como una losa….. Menos mal que llegada a esa edad, circunstancia o acontecimientos tambien somos capaces de llegara ese punto de entendimiento, que nos hace ser aun mejores sin dejar todo ese “tanto” por el camino…. y se vive siendo más feliz!
Eso es, Laura. La madurez, las experiencias…nos abren los ojos ( si las dejamos). También es importante tener al lado copañer@s de vida que nos entiendan y animen a querernos, pero bueno, ese es otro tema..:
Gracias por leerme y comentar!