Mi vida nunca fue lineal

La primera enfermedad autoinmune, llegó cuando apenas tenía 18 meses. Poco conozco de esta parte de mi historia personal; mi primera “batallita” de vida, a pesar de las pocas posibilidades de sobrevivir que le dieron a mi madre … ¡Aquí estoy!  

Así seguí todos los años siguientes, hasta plantarme aquí, sacar valor y compartir contigo, todas estas experiencias, estas historias en las que todo lo que sentí, jugó un papel importante.   

Ojalá, me hubiesen avisado con tiempo, que estar triste era tan válido como estar contenta. No sé, si conoces esa sensación, de querer escapar de la tristeza, como si esta tuviera dientes.  

No, no los tiene y hablar con ella ha sido un gran descubrimiento personal.  

Dejando a un lado, por el momento las emociones, te contaré que nunca ha sido fácil. Desde la niñez. Fue complicada a nivel familiar y agradezco enormemente haber compartido esta etapa con mi madre; que ha sido un ejemplo de lucha, de romper con esquemas que en aquella época existían, de empezar de nuevo las veces que fueran necesarias y siempre cargando con “las niñas” como ella y mi hermana mayor solían llamarnos. 

En gran medida, mucho de lo que ahora soy, se lo debo a ellas, a mi madre y a mi hermana mayor. Mi hermana, para mí es un gran ejemplo de mujer íntegra y que nunca dudó en ayudar cuando era necesario; por último, mi compañera de juegos y primera amiga: mi hermana pequeña. 

Como en todas las casas, se cuecen habas, como suele decirse y esta no iba a ser diferente.  

Es un repaso muy rápido a muchos años de vida, creo que con estas letras podrás conocerme mejor.  

Cargar con el peso, de esta situación no era una tarea sencilla, primera lección de vida: La vida no es fácil y vas a tener que trabajar mucho si quieres lograr tus metas.  

Apenas había salido del cascarón, cuando ya empezaba a coger mis primeros trabajos. Si quería alcanzar mis metas, tendría que pagar un doble costo. No se trataba de llegar la primera, se trataba de conseguirlo. Fiel creyente de que todo esfuerzo tendrá su recompensa, te ¿ocurre lo mismo?, ¿crees que todo esfuerzo, trae consigo su recompensa? 

Has sentido alguna vez, que por mucho que lo intentas ¿no lo consigues? 

Así me sentí, sacrifiqué mi tiempo, noches sin dormir, que, si eres de Madrid, podrás imaginar donde recuperaba unos minutos de sueño: en el metro.  

Eres de las que echa el freno a la vida, o ¿la vives sin frenos? 

Ahí estaba yo en el segundo grupo, con la energía por las nubes, toda la que ahora me falta. 

 Saboreaba cada instante, cada sueñecito en el metro, disfrutaba del trabajo, de los estudios; con miedo, por supuesto…no quería perderme nada, quería aprobar todo, quería hacer bien mi trabajo, ya que gracias a este conseguía lo demás. Como no, quería salir, bailar, viajar…como si tuviera prisa por vivir. 

Como si una voz, muy dentro de mí me mantuviese en alerta: ¡¡disfruta!!, me decía mi voz interior. Que una nunca sabe, lo que puede pasar. Le hice caso. 

Y aquí llega el segundo gran batacazo de la vida: esclerosis múltiple remitente recurrente. 

Imagina, que a este ritmo de vida, le sumas los síntomas de esta enfermedad. Visitas recurrentes como mi esclerosis, a urgencias, a atención primaria…se tardó años y varios brotes, hasta conseguir una respuesta, un diagnóstico.   

Al igual que tú, sé que hay experiencias, momentos que nos han dado tan duro que hablar de ello es directamente impensable.  

8 años después, alguna despedida importante, sueños guardados en algún cajón, de a saber dónde y con el comienzo de una nueva vida entre mis manos; os contaré sobre mi Voldemort1, aquello que no podía nombrarse, ¡ha sido vencido! 

Espero colaborar, mediante mis experiencias, vivencias y conocimientos a desterrar al “Voldemort” de tu vida. 

Más adelante, os hablaré de esta enfermedad, de cómo afectó y de la repercusión que ha tenido en mi vida. 

Por supuesto, no faltaran emociones ya que es un tema muy importante y del que creo que se huye demasiado.