Uno de los factores que determinan el fracaso de un emprendimiento es el desconocimiento. No sólo el del sector al que se pertenezca, sino también y muy importante, el desconocimiento de sí mismo que tiene la persona emprendedora.
Es esencial que un emprendedor realice procesos de crecimiento personal antes de emprender por varias razones clave que tienen que ver con la forma en que gestionará su negocio, las dificultades que enfrentará y cómo se relacionará con los demás. Aquí te comparto los aspectos más importantes:
1.- Desarrollo de habilidades relacionales y resiliencia. Debido a los altibajos, desafíos, adversidades e incertidumbre propias del emprendimiento, un emprendedor sin autoconocimiento será presa fácil del estrés, ansiedad o frustración.
2.- Mejor toma de decisiones. Un emprendedor que no está “preparado” a nivel personal, corre más riesgos de tomar decisiones impulsivas o basadas en miedos e inseguridades.
3.- Gestión del tiempo y del estrés. Emprender es un proceso intenso y abrumador y tener crecimiento personal implica la gestión del estrés, del tiempo y de la energía, lo que permite a la persona equilibrar su vida personal junto a la profesional, evitando el burnout.
4.- Confianza en sí mismo. El autoconocimiento dota a la persona de un profundo sentido de su valor personal y sus capacidades.
5.- Visión clara y enfoque. El desarrollo personal permite al emprendedor conectarse con su visión y misión a largo plazo y se mantenga alineado con sus metas.
6.- Relaciones interpersonales y liderazgo. Un emprendedor que no tiene crecimiento personal tiene dificultades para establecer relaciones efectivas, lo que afectará el ambiente laboral, la colaboración y la comunicación.
7.- Manejo del miedo al fracaso y la incertidumbre. Estos factores son inevitables en una vida emprendedora, y un trabajo personal aporta perspectiva constructiva y la no paralización.
Hay más elementos que se podrían abrazar en este artículo, como por ejemplo, mayor capacidad para aprender y evolucionar, mayor equilibrio entre las distintas identidades de la persona emprendedora y mayor sentido del propósito de vida.
El crecimiento personal no solo es útil, sino esencial para tener éxito como emprendedor. El proceso de autodescubrimiento, la mejora de habilidades emocionales y la construcción de una mentalidad resiliente son herramientas clave para enfrentar las dificultades del emprendimiento. En resumen, prepararse emocionalmente y mentalmente para los retos del negocio puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso, y proporcionar al emprendedor la estabilidad y claridad necesarias para prosperar en su camino.