Querida lectora.
Estoy encantada de presentarte la herramienta del diálogo por antonomasia, “la mediación Familiar”. En procesos de separación, reparto de herencias, cuidado a mayores entre varios hijos etc.…, a veces se pierde la capacidad de escucha porque se entremezclan recuerdos, emociones, viejos rencores o rivalidades. Este cúmulo de sentimientos y recuerdos nos impiden ver con claridad cual es el objetivo común que a todo/as beneficia. Si quieres nos acercamos juntas a esta figura tan enriquecedora:
¿Qué es la Mediación Familiar?
“La mediación es un proceso voluntario y confidencial, que tiene por objetivo gestionar un conflicto de manera útil, y si es posible resolverlo por los propios implicados llegando a acuerdos que satisfagan a todos ellos, con la ayuda de una persona entrenada en técnicas de comunicación, el/la mediador/a”.
El proceso de mediación se prolonga durante varias sesiones, y está acogido a la Ley 5/2012, de 6 de julio, de mediación en asuntos civiles y mercantiles. Al inicio del proceso hay técnicas especialmente efectivas como la “reformulación” y la “legitimación”. Con estas técnicas se consigue que la frase dicha por una de las partes intervinientes, cargada de ira, miedo y rencor, sea “filtrada” por el/la profesional, despojándola del reproche y la emoción negativa, y dotándola del deseo. Por ejemplo:
Participante: “Nunca me escuchan…. Parece que soy invisible y que mi opinión no cuenta”
Mediador: “Si te entiendo bien, te gustaría ser tenido en cuenta, escuchado y mirado a la hora de tomar decisiones, y es parece que es lo que necesitas para seguir avanzando en este acuerdo…”.
Hay muchas otras técnicas como “la escucha activa”, “la posición de futuro”, “la lluvia de ideas” etc., y todas ellas están enfocadas en ayudar a las personas que tienen dificultades de comunicación, y es necesario que se escuchen y comprendan, a la hora de tomar decisiones importantes en su vida, para ello/as mismo/as y para sus seres queridos.
LAS FASES DE EMOCIONALES DE LA MEDIACIÓN
1ª FASE: COMUNICACIÓN COMPETITIVA
En esta primera fase nos encontramos con una comunicación “agresiva” y “evitativa”, donde cada uno de los intervinientes espera lograr la mayor parte de los beneficios en el acuerdo. Sólo se tienen en cuenta los objetivos propios, sin que existan objetivos comunes. Aquí cobra menos importancia la relación con el oponente, pues lo fundamental es obtener el mejor resultado y si se puede, “derrotar al otro/a”. Aplicando técnicas como la “legitimación y escucha activa”, las personas comienzan a apropiarse de sus dificultades sin culpar al adversario, y sienten que están en un espacio seguro para contar realmente qué es lo que quieren y cómo se sienten.
2ª FASE: CONVERSACIONES EXPLORATORIAS
En esta fase empieza realmente el proceso de construcción de soluciones:
- Se cuenta de manera más real la historia de lo que pasa en la familia.
- Aparecen los primeros cambios en la forma de comunicarse. Comienzan a “mirarse” para reconocer cual es el objetivo en común. Se han dado cuenta que, mirando a lados opuestos ninguno/a de ellos/as va a poder alcanzar un buen objetivo.
- Aplicamos técnicas como “la biografía familiar”, y las “preguntas abiertas, cerradas, circulares, hipotéticas etc.”.
3ª FASE: CONVERSACIONES GENERATIVAS
En esta fase, las personas comienzan a pensar en alternativas de futuro que satisfagan los intereses de todos lo implicados. Se aplican técnicas como “lluvia de ideas” o “posición de futuro”.
EL ACUERDO DE MEDIACION FAMILIAR
Fruto del trabajo realizado por todo/as en el espacio de la mediación familiar obtenemos el Acuerdo de Mediación. Debes saber que para los acuerdos alcanzados en dicha mediación familiar sean “ejecutables” es decir, que puedas reclamar su cumplimiento en necesario que, finalizada la mediación, eleves el acuerdo obtenido a escritura pública ante notario o consigas la homologación judicial.
Bueno amiga, aquí te dejo el enlace del Servicio de Mediación de los Centros de Apoyo a las Familias del Ayuntamiento de Madrid, que son punteros, innovadores y precursores de la mediación familiar hace muchos años.
¡Abrazos mediadores!