Hola querida lectora,

 En este primer post voy a hablar un poco sobre mí para que me conozcas algo más. Quizá así te interese, de paso, mi sección y sepas por qué escribo de Arte y me paseo por la cultura.

Siempre me ha gustado mucho escribir y leer sobre literatura e historia; además, no se me daban mal los idiomas. Cuando era universitaria gané el Primer Certamen de Jóvenes Creadores del Ayuntamiento de Madrid en la modalidad de ensayo, sin embargo siendo estudiante de historia del arte pensé que tendría poco futuro profesional y decidí que podría ganarme la vida con los viajes, de manera que empecé a trabajar en Iberia. 

Era a finales de los años 80 y yo pensaba que sería un empleo temporal, pero me equivocaba. Me convertí en la azafata más alta de la compañía, como decía una amiga, y he seguido volando para hacer realidad mi sueño de estudiar y conocer países, culturas y museos. Tanta afición le puse, que hice los cursos doctorales y compaginé los vuelos con la investigación. Presenté mi tesis doctoral en la U. Complutense sobre un tema de teoría del arte del siglo XIX.

Después de aquello, me casé, tuve dos hijas, hice pequeñas colaboraciones en publicaciones especializadas de historia del arte y, sobre todo, seguí trabajando. Como te puedes imaginar, compaginar casa, maternidad y vida laboral no me dejó mucho más tiempo para pensar en nada más. Mis aficiones seguían siendo el cine, el arte, la lectura y los idiomas, pero encontré un estímulo nuevo y fue cocinar. Hice bastantes cursos de cocina junto a una amiga y experimentábamos con los compañeros y la familia. 

En estos años viajé sin parar, me divorcié, seguí viajando y observando arte, y me volví a casar. Seguía escribiendo, pero con menos intensidad. Pero por encima de todo, me ha cautivado vivir la vida a mi gusto. De esta forma tan sencilla han transcurrido más de treinta años y, te aseguro que se han pasado rapidísimo. He dejado de volar y mi salud está mucho mejor sin el jet lag, ni los cambios de ritmo frenéticos. He de decirte que no echo de menos las maletas ni los hoteles. Estoy en otra etapa más sosegada.

Desde hace un par de años formo parte de un club de lectura que se llama Lecturas errantes, cuyas reuniones se hacen en Madrid. Ahora tengo más tiempo libre para practicar taichi, visitar museos y exposiciones, charlar con las amigas y escribir relatos y ensayos, pero esta última parte de la historia tendré que contártela en otro momento. 

Mi sección en la revista aparecerá cada quince días y se va a llamar Paseo cultural con Matilde. La palabra “paseo” incita a tomárselo con calma, a saborear un cuadro, un monumento, una galería o (¿por qué no?) una tapa con caña/vino/bebida si hace falta acompañarse de algo. Para acompañarme de alguien cuento contigo, porque espero que sea una sección de tu interés.

Si no te interesa alguno de los posts, ¡no pasa nada!, intentaré que el siguiente sea de tu interés . No le podemos gustar a todo el mundo en todo momento. Quizá no haya acertado con el período histórico que te emociona o con el artista que te apetece conocer. 

Si tienes curiosidad por algo en concreto, admito sugerencias, comentarios o peticiones de alguna obra de arte en especial, para lo cual tienes la posibilidad de contactar a través de los comentarios debajo de cada una de las publicaciones o del correo electrónico de la revista. No quiere esto decir que yo lo conozca todo, pero haré lo posible por aprender, que es de lo que se trata, modestamente, desde estas páginas. ¡Hasta pronto, hermosa!