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25 N El día de TU LIBERACIÓN

25 N El día de TU LIBERACIÓN

Querid@ amiga, 

Soy Elena Ramírez, la fundadora de esta Revista, tú Revista, que está consiguiendo llegar a muchos hogares tanto de aquí, como de nuestros países hermanos de LATAM, y del resto del Mundo. Pero hoy no hablo por mi, hablo por muchas de vosotras. Y tampoco quiero hablar de “lucha” ni de “contra”, porque a mi me gusta la PAZ y la tranquilidad entre “personas”. No me meteré en discursos de “género”, porque para mi todos somos iguales, Hombres y Mujeres, y nada me importa la condición sexual, la religión, el partido político, y mil cosas más que en vez de “incluirnos como iguales” nos excluyen. 

Aquí, en este momento, solo quiero hablar del RESPETO, y del AMOR POR LA VIDA. El Respeto hacia tus iguales, pero también hacia los que no consideras iguales, el Respeto hacia los animales, las plantas y el Planeta entero. 

Y si hay RESPETO, no puede haber violencia. Ni violencia física, ni violencia psicológica. Porque ¡sí!, la violencia psicológica también existe y a veces, es más dañina, aún, que la física. 

En los próximos relatos que te voy a compartir leerás historias duras, de Mujeres reales, como tú y como yo, que han sacado su valentía para contarte en primera persona sus experiencias más oscuras. Si tú: amiga mía, amigo mío, estás en alguna situación similar, por favor, no te sientas sol@, porque aquí estamos muchas Mujeres que te comprendemos y que podemos ayudarte. Y en tu entorno, estoy segura, que aunque tú no lo sepas, o no lo creas o sientas, tienes a mucha gente deseando tenderte la mano y ayudarte a SALIR. 

Respira hondo, saca la fuerza que llevas dentro, que es MUCHA, y di BASTA. Sal de ahí y empieza a VIVIR. 

Aquí te dejo los relatos de algunas de las Mujeres que ya lo han hecho, y que quieren compartir su experiencia contigo. Algunas de ellas no pueden dar su nombre, porque sus entornos están “comprometidos” de alguna manera, pero aún así, han querido alzar su voz, y dedicarte sus letras.  Sigue su camino: 

Ana González Ferrán 

“Mi estancia en un centro psiquiátrico fue una pesadilla, nunca

había pasado tanto miedo en mi vida. Veía a los enfermos a mi alrededor totalmente dopados, sin alma, con las miradas perdidas y yo no quería acabar así. Lo único que quería era dormir.

Desde que ingresé, en la que yo creía que era una clínica para el

sueño, me sometieron a todo tipo de interrogatorios, me quitaron todo contacto con el exterior y se empeñaron en que estaba “loca”, como me había hecho creer mi exmarido.” 

Así empieza mi libro, “Cómo ser mamá y no morir en el intento”, 17 años después de mi divorcio, me he atrevido, no solo a escribir sobre ello, sino también a compartirlo.

Yo sabía que la relación me sentaba mal, pero pensaba que era yo, y “como no me pegaba”, no era consciente de lo que estaba pasando, hasta que una terapeuta me recomendó el libro “Acoso moral” de la psiquiatra francesa Marie-France Hirigoyen.

Fue entonces cuando descubrí que vivía con un narcisista o psicópata integrado, y al seguir las pautas que recomendaba el libro para hacerles frente, empecé a sentir miedo, mucho miedo; me fui con mis hijos, con una mano delante y otra detrás, y el miedo no se fue. El miedo y el acoso me llevaron al manicomio, pero no se podía hablar del tema, era tabú, y encima la loca era yo.

No me resulta fácil compartir esto, aunque desde que publiqué el libro estoy recibiendo tantas palabras de agradecimiento de mujeres que han pasando por lo que yo pasé, que me han animado a escribir estas líneas y a llamar a las cosas por su nombre. 

El maltrato psicológico es maltrato, ¡basta ya!

Mamá Con Esclerosis

He estado en el fondo de un pozo, negro, sin un ápice de luz, igual que lo estás tú ahora. Completamente sola con mi maltratador. ¡He sido insultada y me lo he creído! Creí que no servía para nada, que era una golfa por provocar a los hombres llevando unos leggins con una falda vaquera. ¡He creído que mi maltratador tenía razón! cuando no me dejaba hablar sola por teléfono o me escribía en una hoja lo que tenía que decir. Me he envuelto yo misma en una manta tal y como él me mandaba para que los golpes no dejaran marcas. ¡Me despojó de todo! y me convirtió en su marioneta, solamente hacía lo que él me mandaba. ¡Era como dejar de ser.. dejar de existir y dejar de sentir! 

¡He sido un ser inerte! Mi mente no podía más y creo que se apagó durante un tiempo para no sentir.

¡¡Y he logrado salir!!  con ayuda de mi mejor amiga y con infinidad de sesiones con la psicóloga que me designaron. ¡Con muchas muchas lágrimas! Con mucho mucho sufrimiento. Salir es muy difícil porque tienes que volver a cambiar el chip y tienes que tirar a la basura toda la mierda que la bestia se ha encargado de grabarte a fuego en tu cabeza, y no te voy a decir que es fácil, porque lo hacen muy bien y es un trabajo diario. ¡Pero tienes que dar tú el primer paso! Ármate de valor y denuncia o haz alguna señal a alguien para que lo haga por tí ¡Sal de ahí! ¡El amor no hace sufrir! Todo lo contrario. 

En algún momento decidí ser “positiva por decisión propia” y buscar cada día algo bonito de mi día al irme a la cama. Y aunque esto pueda parecer una chorrada a mí me sirvió de mucho para seguir adelante en el proceso de ¡desintoxicación de la bestia! Porque tienes que desengancharte de él y a veces te vendrás abajo y como el que deja de beber puede pensar que una cerveza no hace nada, tú lo pensarás de tu maltratador porque literalmente te ha comido el coco. ¡Sigue tu camino! y recuerda que ¡no estás sola! llama a alguien para hablar y distráete  y sobre todo ¡sigue adelante!

Hoy estoy felizmente casada con un hombre que hace que, cuando mete la llave en la cerradura de casa, ¡nadie tiene miedo! y mis dos hijos y yo ¡corremos a la puerta a abrazarlo!

¡No estás sola! ¡Te lo aseguro! Busca ayuda y volverás a sonreír.

Cristina Ullán

Retrato de una Mujer Maltratada

Todo empezó siendo muy joven, cuando estaba huyendo de mi casa porque no encontraba la felicidad, donde había tantos problemas que ni si quiera ponían atención a los míos…ahí, empezó todo. 

La falta de todo lo dicho anteriormente me llevó a los brazos de un hombre mayor que yo, exactamente 7años. Un hombre de vida, por lo menos más experimentado en algunos asuntos más que yo.

Al principio todo era mágico,  era un hombre cariñoso, atento, pero eso duro unos 3 meses. Después fuimos a vivir juntos, donde empezó ese cambio.

El decía tener celos de mí y que me amaba tanto que no quería que saliera sola, porque tenía celos hasta del aire que me rozaba, así que me candaba en casa y me dejaba sin llaves. En ese momento ya era una Mujer maltratada pues me estaba privando de mi libertad, pero yo era tanto lo que le quería, que por complacerle no decía nada.

Un buen día decidí ir a la peluquería, creo que en dos horas que estuve allí me llamó como 20 veces, el estaba impaciente. Ignorante de mí creía que por verme guapa y arreglada, pues no lo hacía mucho. Cuando llegué a casa con toda la ilusión, porque me había dado mechas en mi melena morena y larga hasta la cintura, el respondió dándome el primer tortazo, e incluso me echó de casa. Al día siguiente por casualidades de la vida le ingresaron y yo para que me perdonará fui con una paletilla ibérica y un tinte negro.

Es curioso no tenía porque pedir perdón, ni mucho menos cambiar mi color de pelo que tanto me gustaba y tanto tiempo me llevó. Pero lo hice, y ahí firme mi sentencia.

Podría contaros mil cosas más, mil peleas humillaciones, lo infiel que me era, o incluso que no me dejaba ver a mi padre más de 5 minutos porque también decía que si me acostaba con el, ES DE LOCOS.! 

Llegué a tal punto que entre en prisión solo por guardarle las espaldas, fui acusada de simular lesiones y falsa acusación de delito, aquella jueza me miró a los ojos y me dijo esto te salvará la vida.

Con todo esto quiero decir que no somos conscientes de que somos Mujeres maltratadas hasta que no salimos de esa relación tóxica. Que toda Mujer maltratada suele quitar denuncias, y un consejo les daria: NO LO HAGAS, NO LA QUITES, NO LE TENGAS MIEDO Y LUCHA PARA QUE ESE HOMBRE NO VUELVA A HACERTE DAÑO NI A TI, NI A NINGUNA MAS, POQUE UN HOMBRE MALTRATADOR NO LO ES SOLO CON UNA MUJER.

Por ti, por mi y por todas

Una Mujer Cualquiera

Soy una Mujer Cualquiera, como tú que me estás leyendo. Al igual que tú, tengo nombre y apellidos, pero no quiero darlos. La razón: mis hijos, que quieren a su padre y le respetan, y no quiero que ese amor o respeto acabe si se enteran de lo que esa persona ha hecho durante muchos años a su madre… 

Las señales de alarma llegaron desde los inicios, pero mi venda, o mi enamoramiento, o mis ganas de asentar mi vida, y de formar una familia, me nublaron los “ojos”:

 Comenzó por cambiar mi forma de vestir, ya no le gustaban mis vaqueros ajustados porque en mi oficina “todos los compañeros iban a estar mirando mi culo”

Después empezó a ser mi sombra de ojos, el pintalabios, el colorete… para que “pintarte” si con la cara lavada eres más guapa… Curiosamente cuando empezamos a salir le encantaba como iba maquillada. 

Los tacones ya no eran para mi… tan solo me quedaban bien si los utilizaba en casa, para cocinar, o para una cita con él, donde no me viera nadie más. 

Mis redes sociales eran “patéticas” con mis fotos con amigos en discotecas o momentos de diversión. A quién le importaba ya mi vida pasada.. así que borré todas mis redes sociales. 

Mi familia empezó a “no quererme”, eso me decía él. No te quieren ni te tratan como a tu hermano… te repudian. “Solo me tienes a mi”. 

Mis amigos solo lo eran porque querían “follarme”. No me hablaban por nada más, solo por un interés sexual… Y mis amigas, las que salían por ahí de vez en cuando, eran malas influencias y vestían como “fulanas”. 

Me empecé a hacer pequeñita…. mi autoestima desapareció. Yo no era nadie… solo una “caricatura” de mi misma o una marioneta en manos de otra persona. 

Solo salía con la familia de él, con los amigos de él, me alejé de mis familia, de mi gente, y me aislé del mundo. 

Con la llegada de mis hijos la cosa se calmó, pero solo hasta que empecé a volcarme en ellos y él se sintió desplazado… entonces empezó a atacar mi “faceta de madre”. 

“Estás loca, eres una sobre protectora enferma, deberías ir a que te lo miren”, “ yo ya no existo, eres una frígida”… 

Hasta que un día dije ¡BASTA!. Abrí los ojos, me quité la venda, salí del pozo y de la niebla. Le dije que hasta aquí habiamos llegado, que ya no aguantaba más. Que le dejaba. Y sus palabras fueron “- (carcajadas) pero a dónde vas a ir tú, si no eres nadie. Si todo lo que eres, y lo que tienes es por mi”… También me dijo que me iba a quitar a mis hijos, amenaza que jamás pudo cumplir, porque yo siempre fui, soy y seré, una buena Madre, por mucho que alguien quiera decirme lo contrario. 

Respiré hondo, levanté la cabeza, y recordé la persona que yo era antes de conocerle. Esa Mujer líder que pisaba firme y que luchaba por conseguir cada uno de sus sueños. 

Poco a poco empecé a reconocerme en el espejo. Ver a esa Mujer que yo había sido antes y que estaba debajo de todas esas capas de “faltas de respeto”, “vejaciones”, “mentiras”, “manipulaciones”. 

Ahora soy Feliz. Y mis hijos disfrutan de toda mi felicidad y la alegría que desprendo. Porque si yo dije BASTA, fue por ellos, y gracias a ellos yo vuelvo a SER FELIZ. 

TÚ puedes hacer lo mismo. Plántate, di BASTA. Mereces ser Feliz, Mereces sentir Amor, y que te Amen de verdad… Lo que él/ella te hace no es Amor, él/ella no te quiere, solo eres su posesión con la que poder hacer lo que le de la gana. Cuanto más hundida estés, más feliz está esa persona, ¿sabes por qué? porque su alimento es tu debilidad. 

No seas DÉBIL, saca tu FUERZA, que te aseguro que la tienes, y QUÍTALE el PODER a esa persona. El Poder de hacerte daño, de hacerte pequeña, de quitarte la Sonrisa. 

Y si no puedes tú sola, o tienes miedo, PIDE AYUDA. No estás SOLA. Tu familia, tus amigos y NOSOTRAS, estamos aquí, para ti. Solo tienes que decir BASTA y pedir ayuda. Te estamos esperando. 

Comunidad de Mujeres Cualquiera

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