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Los Animales de Rocío: Capítulo II

Los Animales de Rocío: Capítulo II

Morita

 

 

Mi historia es, como la de tantos niños, como la de todos esos niños que sueñan de pequeños con tener un amigo leal, inseparable y noble, ¡los que desean tener un perro! Ésta es la historia de una niña que toda su vida ha tenido pasión por los animales.

Desde pequeña, desde los 6 o 7 años que tengo esos recuerdos, yo era la primera hija, pero que enseguida tuve un hermano, a los 16 meses y dejé de ser la única. Era muy traviesa, simpática, alegre, un poco insegura. Mi gran sueño desde la infancia era tener una mascota como casi todos los niños de la clase. El único problema era que a mis padres no les hacía gracia tener un animal en un piso. Me intentaban convencer, y luego me di cuenta de cuánta razón tenían, de que un perro no se puede tener del todo bien en un piso. Aun así, de pequeña no encontraba ni justificaba las razones. 

Yo seguí insistiendo: «quiero tener un perro y si puede ser, ¡un caballo!»

 Les intentaba convencer: «no se me olvidarán sus cuidados, lo cuidaré y lo lavaré todos los días, lo daré de comer y lo sacaré a pasear» repetía, intentando convencer a mis padres, pero éstos no se daban por aludidos. No se ablandaban. 

Y no creáis que a mí me daba igual tener cualquier animal, quería uno en concreto: un perro. Y otro más imposible, si el destino quisiera, un caballo. Pero tampoco cualquier perro, quería un pastor alemán o un cocker spaniel, ¡me encantaban esas dos razas! Y, además una hembra, por si cuando de mayor tuviera una casa grande, poder quedarme algún hijo de ella y disfrutar de los cachorros. Así, ayudar a mi perra a dar de comer a los cachorros, limpiarlos, cuidarlos… 

Total, que ese deseo se fue metiendo en mí y mi vida iba pasando y cambiando de casa, de localidad, de amigos o de colegios, pero mientras mi deseo seguía conmigo allá donde iba. Como podéis imaginar, mis padres intentaban convencerme, me regalaban peluches, los reyes me traían muñecos de perros y caballos. Pero a veces ya no podían más y llegaron a pensar que su hija nunca se sacaría esa idea de la cabeza. Mi padre, el que menos paciencia tenía, llegó a acuñarse una frase que llegué a asimilar pero que también me di cuenta de lo imposible de mi sueño: «Cuando tengas tu casa, tendrás tu perro» 

Puede que ahora sea consciente de que lo que tenía era mucha inseguridad y que por eso achacaba la falta de compañía, de que por eso quería una mascota. Una compañía fiel, que me llenará de cariño y seguridad de saber que pasara lo que pasara: la tendría a ella. 

Mis padres intentaron muchas cosas para quitármelo de la cabeza: «¿Qué tal si celebramos su próximo cumpleaños con muchos amigos?, así se le pasará lo del perro» Ya sabían que darme otro regalo de perro de peluche no iba a colar. Pero no me llenaba estar con tantos niños, me alteraba mucho y veía a cada a su rollo a lo loco jugando. Mis padres me regalaron un pastor alemán de peluche, tampoco esa vez fue suficiente.

Así pasaron muchos años de esperanza y desesperando por tener un animal a mi cargo. 

Teniendo siempre la frase en la mente, “cuando tengas tu casa, tendrás tu perro” muchas noches soñaba con que estaba en una tienda de animales y mis padres me dejaban comprar uno. Nunca sabía cuál escoger, pero me veía muy emocionada… Una vez, ya en el instituto, una amiga me llevó una tarde a su casa, y descubrí que tenía una perrita, Pepa, se llamaba Pepa. ¡Qué graciosa era! Empecé por ir de vez en cuando y a sacarla de paseo y saciar mi ansiedad de tener, bueno ya lo que quería era tener en concreto una como ella, una scottish terrier negrita, de orejas tiesas y rabo tieso, simpática y atenta. ¡Una pasada de perra! Yo ya no pude evitar el comprarme todo el material escolar y merchandising que hubiera de esa raza de perro en concreto. De hecho, 30 años después todavía guardo mi pluma de 1º de BUP, una pluma de la marca Chipie que está impresa con muchos scottish terrier. 

Pasados los años conocí a mi novio y futuro marido, con él compramos una casa, un bajo en el que poder tener algo de patio, siempre con la esperanza de que algún día tendría un perro propio. 

Y, entendí que pueden pasar muchos años, pero si deseas algo con todas tus fuerzas, llegará. Esa frase que oímos desde pequeños, en mi caso se cumplió. Cuando mi novio entendió que era vital para mi poder ser feliz con la compañía de un perro. Fui a buscarla. 

Esa raza no era fácil de encontrar y tuve que hacer un estudio de los criadores que había en España, que son poquísimos y poco a poco ver cada cuando tenían cachorros, que era menos de lo que pensaba. 

En una exposición canina conocí a un hombre muy majo, que vivía a menos de 100 km de mí y que muy de vez en cuando sacaba una camada de scottish. Me avisó que tenía 4 cachorros y fui a verlos. Según entré, en la terraza de un ático que estaban los cachorros, uno detrás de otro en fila, siguiendo al primer cachorro, me emocioné, sabía que ya no había peluches ni figuritas, que ya sería de verdad, ¡todo verdad! Me señaló que la primera era una hembra negra como el tizón y allí estaba ella, dirigiendo a sus hermanos con genio y figura. 

28 de junio de 2001. Lo primero que hice fue parar donde mis abuelos de vuelta a mi casa con una bola de pelo negra agarrada a mi pecho. Mi abuela me dijo, te has salido con la tuya y mi abuelo me dijo que era una mora, una morita negra. Y así se llamó, MORA, mi primera hija, la niña de mis sueños. ¡Lo conseguí!

Con ella conseguí quitarme ansiedad, quitarme miedos, quitarme inseguridad… Ella era con lo que yo había soñaba durante muchos años. Llenó un hueco con el que sobrevivía y con el que siempre recordaba que tenía algo de vacío en mi corazón.   

 

 

Así empecé a saber ¡lo que era la FELICIDAD COMPLETA!

Rocío de Lara

Soy Rocío, soy licenciada en filología, soy especialista en comunicación y lenguaje. Me encantan la literatura, la música y los animales. No concibo un mundo en el que seamos la única especie. Sin los animales no habría naturaleza ni felicidad. En “Los Animales de Rocío” vamos a tratar cualquier tema sobre la sensibilidad hacia los animales, curiosidades sobre ellos y demás datos. ¡Bienvenidos a un planeta multi-especie!

Rocio de Lara

3 comentarios en «Los Animales de Rocío: Capítulo II»

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