Antes de mi… mi madre

Nunca he tenido muy clara la frase “de tal palo tal astilla”. En realidad, hasta hace bien poco, consideraba que no tenía nada que ver con la forma de ser de mi madre. “Somos tan diferentes”…

Pero la vida nos va transformando. Cada acontecimiento, el paso de los años, cada cicatriz, las compañías, las vivencias positivas, las negativas, la experiencia del embarazo, la maternidad, … Son tantos los factores que influyen en la transformación de la mujer, que no hay una lista cerrada. 

Ahora, mi frase de “somos tan diferentes”, ha perdido fuerza. Por un lado, mi edad y mi madurez, me hacen comprender que mi madre es como es por muchas vivencias y factores del pasado, que le han llevado a ser así en la actualidad. Puede que hayamos sido muy diferentes toda la vida, pero la razón es muy sencilla: nunca tuvimos, ni vivimos etapas similares al mismo tiempo. 

Ahora, con cuarenta y tres años, comprendo mucho mejor a mi madre, y comienzo a entender  muchos de sus comportamientos o comentarios que hasta hace bien poco no entraban en mi cabeza. A pesar de eso, estamos muy lejos aún, de parecernos en forma de ser, pero tal cual van pasando los años, el parecido irá acercándose. Estoy segura. 

También hay que tener en cuenta, que la vida de ahora para nosotras, las cuarentonas o treintañeras, qué decir de las veinteañeras… no es igual, que la vida que tuvieron nuestras madres, o más diferente aun, nuestras abuelas. Ellas tuvieron que lidiar con problemas mucho más grandes de desigualdad de los que nosotras tenemos por delante. Y la mentalidad de ellas, difiere con la nuestra en estos temas… 

Recuerdo el día que le conté a mi madre que me separaba, que sus primeras palabras fueron: “pero hija no puedes aguantar de alguna forma, por tus hijos y tu familia”. Para mi fue un jarro de agua fría. Esperaba algún comentario de ánimo y apoyo, tipo: “hija, tú tranquila, que nosotros vamos a estar aquí para apoyarte y para lo que necesites”. Que en realidad fue su segundo comentario. En ese momento lo esperaba como primero, pero entiendo que la mentalidad de mi madre y las vivencias y enseñanzas que ha tenido durante toda su vida, le llevaran a hacer el otro comentario en primer lugar. 

Y a pesar de esas vivencias y educación pasadas, basadas en un mundo de “hombres”, puedo decir con orgullo, que mi madre perteneció al grupo de “revolucionarias” de los 70 que practicaban deportes casi a “nivel profesional”. Y digo “casi” porque nunca se reconoció la profesionalidad de las jugadoras de fútbol, balonmano, baloncesto, ni ningún deporte femenino, hasta hace bien poco… 

Mi madre es un ejemplo de libro, de lo que las vivencias y el paso del tiempo ayudan a la transformación de una persona. De pequeña aventurera, curiosa, alegre, hiperactiva y a veces hasta imprudente por llegar más allá… Y ahora a sus recién llegados sesenta y ocho años, es una mujer miedosa, bastante negativa, casi siempre preocupada y podría escribir un libro con el título de: “1.000 maneras de morir por salir a la calle”. 

He ido notando su transformación poco a poco. Antes de nacer yo, mis tías y tíos (mi madre tenía una gran familia compuesta por once hermanos, digo tenía porque actualmente dos de sus hermanas no están con nosotros y mando un beso enorme a mis primas que me estará leyendo) comentaban como mi madre era vigorosa, alegre, aventurera… Montaba a caballo a pelo, por dar un ejemplo… que ni yo lo haría, y me considero bastante valiente para ese tipo de cosas… 

Con dieciocho o veinte años, se escapaba de la tienda de mi abuelo, su padre, para ir a jugar sus partidos de balonmano o de fútbol. Participó en campeonatos de atletismo, y ha sido siempre la mejor jugadora de la mayoría de los torneos de cualquier deporte en los que participara. . Tiene un álbum de recortes de periódicos, donde salían todas las noticias hablando de sus partidos y sus trofeos. Y cada vez que alguien nuevo va a casa de mis padres, lo saca orgullosa. Y es para estarlo: Hasta jugó con la selección Española de fútbol femenino. Sin duda fue una de las pioneras de este deporte, que ahora tanto está de moda y que nos ha dado la gran alegría del Mundial. Y para que te rías, hace unas semanas, cuando nuestras Mujeres del Futbol ganaron el Mundial, a mi madre le llovían las entrevistas en los Medios de Comunicación para que hablara de sus vivencias como una de las Pioneras de este deporte… Pero esta faceta de mi madre como Pionera del Futbol femenino, te la contaré otro día ;-P  

Con veintitrés años se casó con mi padre. Siguen juntos, a pesar de sus diferencias y sus más y su menos de vez en cuando. Pero se quieren y saben que la vida no sería la misma el uno sin el otro, y eso me emociona y me hace creer en el amor…

Su carácter aventurero y su amor la llevaron a enfrascarse en la mayor aventura de su vida: irse a vivir con mi padre lejos de toda su familia, en otra comunidad y sin nadie que le pudiera apoyar o ayudar cuando nacieran sus hijos. Y eso si fue valentía!

Pero con el tiempo, y sobre todo a raíz de tenernos a mi hermano y a mi, comenzó a sacar a flote un montón de miedos y fobias. Fue algo progresivo, cada año iba siendo algo más miedosa, menos “aventurera”, menos alegre. Pero lo que nunca le cambió y a día de hoy, lo sigue conservando, es su carácter “deportivo”. Siempre será una deportista, lo lleva de serie, y por muchos miedos, fobias, o manías que tenga, eso nunca lo perderá. Y yo me alegro. 

Mamá, TE QUIERO y te doy las gracias públicamente por todo lo que me has dado, el ejemplo de Mujer valiente que me has inculcado y sobre todo por todo el cariño y amor que me has dedicado durante estos 43 años. 

Y para ti, mi querida lectora, o lector :), espero que te haya gustado mi publicación y que me dejes tus comentarios abajo. Estoy deseando leerte. 

Un besito