Buenas, mi querida lectora:

En mayo de este año, por fin, después de casi un año de escritura, salió a la luz mi libro “Gestado en mi corazón. Un proceso de adopción”. 

En esta novela narro en primera persona todo el proceso que viví para adoptar a mi hijo. Desde la decisión inicial, la búsqueda de información a tientas y a locas, el periodo de formación, las emociones previas a la obtención del certificado de idoneidad, la elección del país para adoptar y el sinfín de pasos y altibajos hasta la adopción de mi hijo en Etiopía forman parte de este libro. No es una guía al uso, más bien es un relato novelado con un paso a paso de cómo enfocar el camino de la adopción. En este paso a paso, oriento, acompaño, pero también manifiesto que la voluntad y el tesón ha de ser inevitables compañeros de viaje durante el proceso de adopción. 

Me he atrevido a decir que he escrito el libro que me gustaría haber leído cuando decidí ser madre por adopción y no sabía por dónde empezar.

Mi decisión de ser madre por adopción la tomé en solitario, estaba sola, después de la ruptura de mi última relación sentimental. Posteriormente tuve la suerte de conocer al que hoy es mi marido y que me acompañó a recoger a mi hijo a Etiopía.

No entiendo ser mamá por adopción como ser mamá de segunda clase, vivo la maternidad en un sentido de amor muy profundo y auténtico hacia mi hijo. Sin él, yo sería otro, no tengo dudas.

Me siento muy afortunada por haber vivido la experiencia de la adopción de mi hijo a pesar de todos los vaivenes que viví y sufrí en el proceso cambiando hasta tres veces de país para adoptar porque se cerraba la adopción en el país por cambios de norma sobrevenidos. Mientras tanto, también experimenté la pérdida de un embarazo biológico de mellizos. Otra pérdida y otra puerta más que se cerraba para ser madre.

He luchado mucho para ser madre, como tantas mujeres y tantos hombres que hemos adoptado a nuestros hijos. He de reconocer que tenido mucha suerte y me siento agradecida por la oportunidad que la vida me da cada día para disfrutar de mi hijo, quererlo y acompañarlo en su desarrollo como personita que es.

Otras mujeres y otros hombres se quedaron en el camino, no lo lograron, me consta. Por cansancio, por el cierre del país donde querían adoptar, por cambio de requisitos, por haber variado sus circunstancias personales y un largo etc. que podría seguir contando. Las dificultades en el proceso y durante la espera, generan angustia, impotencia y frustración si deseas ser madre o padre. Te aterra no conseguirlo.

Soy madre por adopción, pero en realidad simplemente soy madre, como todas los somos, en letras mayúsculas.

La maternidad siempre fue un futurible en el listado de pendientes que tenía a medida que transcurría mi vida. Primero estudiar, formarme, posteriormente desarrollarme profesionalmente y disfrutar. Cuando me di cuenta y quise ser madre, me encontré con que faltaban pocos años para llegar a la cuarentena, que me pasaba el arroz y que estaba sola, sin pareja en ese momento.

Yo siempre había imaginado que sería madre biológica, no estaba en mi la idea de la adopción, jamás me la había planteado. En cambio, la vida me llevó por otro camino y tuve que valorar si optaba por ser madre soltera biológica o elegía la adopción como vía para ser mamá.

 Hasta ese momento, fruto de mi ignorancia, había considerado la adopción como una idea romántica para ayudar a un niño. Pero nada más lejos de la realidad que se presentaba ante mí, la adopción era un camino y una vía para ser mamá y finalmente esa fue la vía que yo elegí para formar mi familia.

El camino a seguir era desconocido, no sabía nada del proceso a seguir, sus etapas y los requisitos que había de cumplir. Quería ser madre y todos mis sentidos se movilizaron y volcaron para obtener información sobre el proceso de adopción. Con sorpresa y también con angustia, me di cuenta que el camino no era sencillo y que el elemento tiempo no jugaba a mi favor ya que los plazos no eran tan cortos como yo pensaba ni como los nueve meses de un embarazo biológico. Hasta ese momento, jamás me había planteado que la adopción fuera un proceso tan complejo.

Empecé a adentrarme en un mundo desconocido, donde en cada paso que daba iba aprendiendo y necesitaba apoyarme en otras personas que estaban viviendo el proceso para que me orientaran. Me sentía sola, en realidad es que estaba sola. Mi deseo de ser mamá por adopción transpiraba por todos los poros de mi piel y latía fuerte en mi corazón, pero era consciente de que el final del camino era una incógnita, aunque yo internamente jugaba a ponerme plazos para adoptar y poder abrazar a mi futuro hijo o hija.

Durante el proceso de adopción de mi hijo he vivido momentos muy emotivos, de mucha alegría cada vez que avanzaba en una etapa, pero también he sentido la angustia en mi garganta al plantearme en diferentes ocasiones, que las dificultades que estaban surgiendo podrían quizá impedir mi deseo de ser madre por adopción y que mi embarazo adoptivo no llegaría a término. Yo lo vivía así, porque para mí era un embarazo adoptivo, que tal como reza en mi libro, se estaba gestando en mi corazón.

Como has leído, soy una mamá por adopción cualquiera, que espera poder ofrecer desde esta sección contenido que aporte orientación, apoyo e información si estás considerando la adopción como vía para ser madre o padre o simplemente, que mis palabras te acompañen para que no te sientas solo o sola en este proceso.

Espero me plantees todo aquello que te interesa conocer sobre el mundo de la adopción.

Hasta muy pronto,