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Cómo ser Mamá y no morir en el intento: Capítulo II

Cómo ser Mamá y no morir en el intento: Capítulo II

Círculo de influencia y círculo de preocupación, en ¿Cuál te vas a enfocar?

Sé que a veces nos encontramos atrapadas en ese torbellino de estrés que nos hace sentir que el tiempo se escapa de nuestras manos. Con el ritmo de vida actual, entre el trabajo, la casa, los/as niños/as, hacer ejercicio, salir, las Redes Sociales, etc, no damos a basto.

¿Cuántas veces hemos usado la excusa “no tengo tiempo” para justificar la montaña de preocupaciones que llevamos a cuestas? Te entiendo perfectamente, y quiero compartir contigo una de las estrategias más poderosas que he descubierto para reducir el estrés y recuperar el control.

Pero debo confesar que primero tuve que dimitir de directora general del universo, sí, esa super Mujer que necesita tener todo bajo control, porque si no, no se hacen las cosas, ¿te suena?

Primero vamos a explorar dos patrones de comportamiento que te resultarán muy familiares.

1- Las personas proactivas. Invierten su energía en lo que pueden cambiar y su actitud positiva las hace muy resolutivas.

2- Las personas reactivas. Se preocupan por los defectos ajenos, por problemas a nivel global y circunstancias sobre las que no tienen control directo. Su energía se inclina hacia lo negativo y, desafortunadamente, esto va de la mano de ignorar lo que verdaderamente depende de ellas.

¿Te identificas con alguno de estos patrones? ¿Ves cómo esto puede aplicarse en tu vida? Te invito a explorar tu propio comportamiento y descubrir cómo puedes impulsar tu transformación personal.

Ha llegado el momento de hablar sobre los círculos: el círculo de preocupación y el círculo de influencia. Antes de entrar en materia, te propongo un ejercicio: Imagina un círculo grande, un espacio en el que todas las preocupaciones se juntan, desde los problemas globales hasta las inquietudes más cotidianas: la paz mundial, la educación, los proyectos laborales, los resultados deportivos, la salud de nuestros seres queridos, lo que piensan los demás, el cambio climático, el tiempo, la política, etc. Todo eso tiene su lugar aquí. Y a medida que visualizas esto, observa lo grande que es. 

Ahora, dentro de este enorme círculo, visualiza uno más pequeño, ¿lo tienes? Pon dentro las cosas que dependen de ti directamente y sobre las que puedes influir, por eso se llama el círculo de influencia.

Puedes poner: tu cuidado personal, la educación de tus hijos, las relaciones laborales, algunos proyectos profesionales, la dinámica familiar, entre otros.

Aquí entra la magia: concentrarte en tu círculo de influencia mientras reduces el de preocupación

Imagina el círculo de preocupación como ese espacio en el que residen todas nuestras inquietudes, desde los problemas mundiales hasta los detalles más insignificantes. Es como si lleváramos un cajón de pensamientos desordenados en nuestra mente.

Ahora, el círculo de influencia es el terreno de acción, donde podemos marcar una diferencia real. Piensa en las pequeñas victorias diarias: la relación con tus hijos, tu trabajo, la conexión con tu pareja. Todas estas son áreas en las que puedes influir directamente y generar cambios tangibles.

Por ejemplo, la relación con tus hijos. ¿Te has dado cuenta de que construir una base sólida desde temprana edad amplía tu influencia sobre ellos? Al establecer una comunicación abierta y una educación basada en el ejemplo, te preparas para los desafíos de la adolescencia, lo que se traduce en un círculo de influencia en constante crecimiento y menos preocupaciones abrumadoras.

Ahora, la trampa en la que muchas caemos es expandir el círculo de preocupación sin control, como si nos aferráramos a cualquier pensamiento que cruza nuestra mente. Pero no queremos eso, ¿verdad? Queremos vivir de manera plena y significativa. Así que aquí tienes el consejo clave: “no te pre-ocupes, ¡ocúpate!” Enfócate en lo que puedes controlar y actúa en consecuencia.

Esta semana te propongo ampliar tu círculo de influencia y reducir el de preocupación. Pruébalo y me cuentas.

Recuerda, las mejores soluciones son aquellas que generan un gran impacto con poco esfuerzo. Entonces, ¿por qué no comenzar dando un primer paso? 

Un viaje de mil millas comienza con el primer paso.” Lao Tsé

Te invito a unirte a mí en este viaje de descubrimiento, donde el estrés se disuelve y el empoderamiento toma su lugar. Estoy aquí para guiarte en cada paso del camino.

Con cariño,

Ana González Ferrán

Soy Ana, aunque para mis 2 hijos millennials, soy Mama_Coach. A raíz de mi experiencia con mis hijos y alumnos/as, hoy me dedico a guiar a madres para que se conviertan en las “influencers” que sus hijos/as necesitan. Además, soy la autora deCómo ser mamá y no morir en el intento. En esta obra, al igual que en mi sección, te invito a desafiar las convenciones y rediseñar la maternidad para que se ajuste a tu realidad única y perfectamente imperfecta.

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