Tú, en primer plano

¿Alguna vez te has parado a pensar cómo te tratas a ti misma? ¿Cómo te diriges a ti misma mientras piensas? ¿Sueles “tropezar en la misma piedra”? 

Muchas veces queremos mejorar, hacer las cosas mejor y por mucho que lo intentamos, por mucho que leemos y por mucho que nos esforzamos, nos encontramos rehaciendo aquello que queríamos evitar o no llegando tan alto como nos habíamos propuesto. 

Déjame decirte algo: es completamente normal. Nos pasa a todas. Y además, tengo buenas noticias. Todo ello, se puede entrenar. Pero igual que nos pasa cuando queremos entrenarnos físicamente, a veces, necesitamos que alguien desde fuera nos ayude, nos de unas pautas, nos sostenga el espejo donde nos miramos y además nos coja de mano en algún salto.

Hemos normalizado enormemente tener un entrenador personal, pero tener a alguien para entrenar la mente, si se llama psicólogo, aún está hasta mal visto. 

En esta sección vamos a tratar temas que, espero, puedan servirte para reflexionar, para hacernos esas preguntas que no nos habíamos hecho y sobre todo para animarte a buscar a tu persona de confianza que pueda ayudarte en todos los pasos e incluso saltos de la vida.

El bienestar psicológico pasa muchas veces, por atender la urgencia, pongamos por caso, un pico de estrés, un ataque de ansiedad: y eso es lo adecuado. Los psicólogos clínicos están formados y preparados para atender este tipo de situaciones cuando surgen pequeños o grandes problemas. Y seguidamente, no podemos perder de vista que muchas veces, tras atender ese síntoma acuciante que nos genera malestar, es necesario también entrenar las habilidades adecuadas para salir reforzados de la situación y tratar de prevenir y evitar la vuelta de la sintomatología. Igual que cuando tenemos un esguince y tratamos inmediatamente los dolores iniciales, a continuación, hay que fortalecer la musculatura.

Mi propuesta de trabajo es exactamente igual, pasa por acoger y escucharos a cada una de vosotras, ser vuestra vía de escape si es lo que necesitáis, vuestro hombro para llorar o una mano que sostener. Y luego, juntas ¡vamos a currar! Vamos a trabajar, vamos a entrenar para desarrollar más habilidades que ya tenemos y que necesitamos fortalecer para seguir afrontando el día a día.

He desarrollado la mayor parte de mi carrera en empresas, dedicándome a ayudar en el desarrollo de los equipos, y en esta etapa de mi vida, es el momento de adentrarme en un plano más íntimo, más cercano, en una conversación de tú a tú donde pueda ayudar individualmente o en pequeños grupos a personas que tengan el firme propósito de avanzar, mejorar y desarrollarse. Cuidarse, no sólo físicamente sino también buscar ese bienestar mental. Por ello y gracias a mi licenciatura en Psicología junto con la experiencia en formación y desarrollo, podemos lograrlo juntas.

No hay preocupaciones sin importancia, sólo hay preocupaciones que a ti te importan. 

Porque si a ti te importa, es lo único que cuenta.

 Eso y tu fuerza de voluntad.

 Priorízate, da el paso.

Tú, en primer plano.

Si te ha gustado mi publicación y crees que puedo ayudarte de alguna manera, deja tu comentario y no te pierdas la próxima entrada. Te estaré esperando 🙂